Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dan prioridad a que Siria se estabilice y se evite el asentamiento del radicalismo islámico a que el régimen de Bashar al-Assad salga del poder, así como a lograr la paz con los palestinos siempre que se garantice la «seguridad», indicó uno de sus voceros.
El capitán Roni Kaplan, portavoz de las FDI para medios en español, que viajó a Washington en coincidencia con la visita del primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, explicó en una entrevista que «la inestabilidad y heterogeneidad de las fuerzas implicadas en la guerra civil en Siria es un desafío para Israel, que teme que el enfrentamiento desemboque en su desintegración».
Kaplan señaló que Israel se está viendo rodeado por grupos como Al Qaeda en zonas de Siria o el Sinaí que están aprovechando la inestabilidad motivada tras las revoluciones de la llamada «primavera árabe».
La guerra civil en Siria, en la que murieron más de 136.000 personas, entre ellas más de 10.000 niños , enfrenta a bandos heterogéneos: por un lado el Gobierno del presidente Assad, apoyado por la organización terrorista libanesa Hezbolá, y por otro grupos que van desde la oposición apoyada por Estados Unidos hasta fuerzas sunitas vinculadas con Al Qaeda.
Kaplan, de origen uruguayo, reconoció que «no está claro qué es mejor para Israel» en el caso de que Siria siga siendo el campo de batalla «de decenas grupos terroristas que se pelean unos contra otros».
El portavoz también recordó que Israel se enfrenta a un nuevo entorno regional debido a la inestabilidad derivada de las revueltas de la «primavera árabe», sobre las que aseguró que «hay que dejarlas madurar» para ver las oportunidades hacia la democratización que puedan traer.
De acuerdo con Kaplan, «170.000 cohetes» de Hezbolá apuntan actualmente a Israel desde el sur del Líbano, otro punto de tensión expuesto a la inestabilidad siria y donde ahora hay desplegadas fuerzas de la ONU.
En cuanto a las actuales negociaciones directas entre Israel y la Autoridad Palestina (AP), el portavoz sostuvo que a medida que avanzan se detectarom «más problemas de seguridad», sobre todo relacionados con «terroristas solitarios» cuyos objetivos son civiles israelíes.
«Conforme las tratativas avanzan vemos un aumento de ese tipo de terror que no es condenado por la Autoridad Palestina», precisó Kaplan.
Después agregó que la AP incita a la población a ese tipo de actos de terror, que se reflejan en disturbios o en el lanzamiento de grandes piedras contra los vehículos que circulan por las carreteras.
No obstante, Kaplan puntualizó que desde los Acuerdos de Oslo, en 1993, la AP «no apoya abiertamente el terrorismo y sus sistemas de seguridad luchan contra los intentos de Hamás de aumentar su influencia dentro de la organización».
«En lo personal soy optimista, ojalá que haya paz, es lo que quiere la mayoría de la población de Israel. Pero la gran pregunta es si va a ser paz con seguridad», cuestionó Kaplan.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reunió el pasado lunes en la Casa Blanca con Netanyahu, a quien instó a aceptar presentar antes del final de abril un documento que siente las bases de un acuerdo definitivo entre israelíes y palestinos.
Próximamente, el 17 de marzo, Obama recibirá al líder de la AP, Mahmud Abbás, con ese mismo objetivo.
«Para Israel la cooperación con Estados Unidos es fundamental, hasta tal punto que es difícil exagerarla», recordó Kaplan.
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