Según señalan las conclusiones de la comisión de investigación de la ONU sobre la represión llevada a cabo durante las manifestaciones en Siria, las fuerzas de seguridad de este país han cometido crímenes contra la humanidad.
El documento, basado en testimonios individuales, recoge declaraciones de desertores del Ejército y de las fuerzas de seguridad, que manifestaron haber recibido "órdenes de disparar sin previo aviso a manifestantes desarmados". La comisión de investigación apunta que "las órdenes de disparar y de maltratar a los civiles se originaron en directivas emitidas al nivel más alto de las Fuerzas Armadas y del Gobierno".
Además, el informe afirma que "se han cometido ejecuciones sumarias, arrestos arbitrarios, desapariciones forzosas y violaciones de los derechos de la infancia". Algunos testigos aseguraron en sus declaraciones que varios niños fueron asesinados.
La investigación, dirigida por el jurista brasileño Sergio Pinheiro, se basa en entrevistas realizadas en los últimos dos meses a 223 víctimas directas, testigos y desertores de distintos cuerpos de seguridad de Siria.
Desde el comienzo de las protestas, el pasado mes de marzo, la violencia perpetrada por el Gobierno sirio contra su pueblo se ha cobrado alrededor de 3.500 víctimas mortales.