En la reunión del consejo de Seguridad de la ONU el día martes, la Liga Árabe y las potencias occidentales aseguraron que no tienen intenciones de emprender acciones militares para acabar con el derramamiento de sangre en Siria, en un esfuerzo por obtener el apoyo de Rusia y China en la búsqueda de una solución.
Por su parte, Rusia y China, se opusieron firmemente al proyecto de las potencias occidentales, fundamentados en su preocupación de que la iniciativa desencadene en una acción militar en Siria, de manera similar a como ocurrió en Libia con la intervención de la OTAN.
Además, ambos países utilizaron su poder de veto para bloquear la aprobación de una resolución que condene las violaciónes a los derechos humanos ejercidas por el gobierno sirio.
Durante el día de la reunión, 15 personas más murieron a causa de operativos de las fuerzas de seguridad sirias.
La ola de violencia en los alrededores de Damasco continuó por cuarto día consecutivo, pese a que el gobierno sirio afirmó que las operaciones de seguridad devolvieron la "estabilidad" a la zona de al-Ghotta.