Refuerzos blindados invadieron Homs cuando las fuerzas del presidente de Bashar al-Assad bombardearon la ciudad siria por cuarto día consecutivo, empeorando la situación humanitaria, y provocando una nueva iniciativa diplomática por parte de Turquía.
Por su parte el canciller turco, Ahmet Davutoglu, declaró que si bien Ankará consideraba a Assad como un valioso aliado, no pueden ignorar la situación de violencia actual.
Según informaron activistas opositores el día jueves, las fuerzas gubernamentales reforzaron el estado de sitio en la provincia disidente central de Homs, un día después de la muerte de más de 100 personas en una intensa balacera.
Los activistas informaron que al menos 31 personas murieron el jueves cuando las fuerzas de Assad continuaron con el ataque, mientras la oposición siria llamó a intensificar la intervención internacional para proteger a los civiles.
Por su parte, el activista exiliado, Akko Massoud, dijo que Turquía y los países occidentales necesitan organizar un puente aéreo a Homs y otras ciudades afectadas, que han soportado el peso de los cinco meses de una sangrienta campaña militar para acabar con los movimiento disidentes.