Sr. Director
El régimen de Assad sigue asesinando a sus ciudadanos; la Liga Árabe se mueve para que la ONU emita una resolución que presione al gobierno sirio a detener las matanzas y cuando ésta es presentada, Rusia y China la vetan.
Los intereses de Rusia en Siria son muchos. Grandes negocios entre ambos están en juego, incluidas inversiones en diversas áreas y compra-venta de armamentos. Pero eso no es todo. En Siria está la una única base naval rusa anclada en el puerto de Latakia. Perder a un aliado que brinda esa facilidad no vale la pena, sobre todo por la competencia con la influencia occidental en la región.
La Rusia de Putin quiere recuperar su protagonismo en la zon. Rusia no ignora que tal como se vienen dando las cosas desde el derrumbe de la Unión Soviética, y ahora, con la Primavera Árabe, la Liga Árabe y EE.UU, con sus aliados europeos, se encuentran en el mismo campo. Putin ve esta situación como un desafío ante el cual le es necesario reforzar uno de los últimos bastiones que le quedan.
Además, Rusia y China están regidos por gobiernos autoritarios que enfrentan con esa convicción los problemas de sus minorías nacionales y étnico-religiosas. Rusia lleva a cabo una guerra contra Chechenia con una crueldad que rebasa con mucho lo que ocurre hoy en Siria.
Lo mismo ocurre con China donde su represión violenta de las demandas autonómicas de Tibet constituye un fuerte motivo para evitar una legitimación a la injerencia de la comunidad internacional en esa clase de asuntos.
El concepto de respeto a la soberanía de los Estados es tomado por Rusia y China como factor central para justificar su defensa de la dictadura siria, con lo que la ONU, debido a su estructura, se ve imposibilitada para ejercer acciones eficaces en pro de la defensa del pueblo sirio.
Cuando en la década de los 90 el desmoronamiento de Yugoslavia derivó en guerras con masacres atroces en Bosnia y Kosovo, se registró una parálisis similar en la ONU. La respuesta entonces fue que EE.UU y la OTAN optaron por intervenir para detener las matanzas.
Ya es hora de que ocurra lo mismo en Siria.
Afectuosamente.
Luis Rapoport
Eilat