El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, convocó a elecciones anticipadas. En un mensaje transmitido por televisión, El mandatario hebreo dijo que su actual coalición de gobierno no estaba en condiciones de aprobar el presupuesto del año próximo y que por eso decidió celebrar los comicios «lo antes posible», dentro de los próximos tres meses.

«Es mi obligación como primer ministro poner el interés nacional por encima de todo», afirmó Netanyahu luego de una ronda de consultas con los líderes de los demás partidos, y agregó que en tres meses pedirá «al pueblo un nuevo mandato».

Sin otra alternativa viable en el horizonte, se espera que Netanyahu, líder del partido nacionalista de derecha Likud, gane los comicios ante una oposición que está fragmentada y que carece de líderes populares.

Los sondeos dan al Likud primero en intención de voto. El opositor Partido Laborista, de centro-izquierda, lo sigue aunque desde bastante lejos, luego de un aumento de apoyo tras una serie de masivas protestas por el alto costo de vida y la creciente brecha entre ricos y pobres.

Por detrás del laborismo en los sondeos se sitúa el partido ultranacionalista Israel Beiteinu, del canciller Avigdor Liberman, una nueva agrupación formada por el presentador de TV Yair Lapid y el diezmado Kadima que cayó mucho en las encuestas.

Las elecciones podrían celebrarse en enero próximo, nueve meses antes de los previsto. En Israel, desde hacía semanas se especulaba con que el actual gobierno tenía los días contados. Una reelección daría a Netanyahu la chance de proseguir con su posición respecto del programa nuclear iraní, luego de haber urgido recientemente al mundo a poner límite a actividades con las que, según afirma, Irán buscan desarrollar armas atómicas.

Pero otro mandato de Netanyahu también podría congelar aún más el ya estancado proceso de paz con los palestinos y podía dificultar aún más las relaciones con Estados Unidos en caso de reelección del presidente Obama.

El primer ministro señaló que la estabilidad de su gobierno le permitió a Israel «reforzar la seguridad en un entorno de convulsión en la región, así como la economía en medio de la crisis económica global».

Se estima que el Parlamento votará el próximo lunes su propia disolución y fijará la fecha de los comicios anticipados.

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