El presidente israelí, Shimon Peres, confesó que su fallecida esposa y él decidieron continuar por «senderos separados» luego de que insistió en postularse en 2007 a la presidencia.
Peres raramente habla de su vida personal pero en la edición especial del diario «Yediot Ahronot» por el Día de la Independencia, contó que su esposa Sonia le instó a abandonar la política, algo que él no podía aceptar.
Los comentarios aparecieron en momentos en que Peres está a punto de concluir en julio un mandato de siete años como presidente del Estado judío.
«Mira - le dije a ella -, serví al país, a la gente, toda mi vida. Esto es lo que me llena; ni siquiera sé qué es descansar, para mí descansar es como morir. Me moriría si no hago esto», relató Peres.
«Ella me respondió: Hiciste suficiente. Hay otras personas que pueden servir al país ahora», agregó el presidente. «Puede que sea así - le respondí -, pero creo que no puedo hacer otra cosa que no sea esto. Así que decidimos ir por senderos separados», agregó.
Sonia Peres falleció en 2011 a los 88 años.
Durante las décadas en que Peres estuvo enfrascado en su carrera política, Sonia se mantuvo fuera de la luz pública y era muy independiente.
Cuando Peres llegó a la presidencia en 2007 y se trasladó a Jerusalén, Sonia permaneció en su departamento de Tel Aviv y vivieron vidas separadas. Nunca se divorciaron oficialmente.
La pareja tuvo tres hijos, ocho nietos y tres biznietos.
En la entrevista, Peres contó que tuvieron un matrimonio feliz aunque «Sonia nunca pudo aceptar que la política fuera mi prioridad».
«Fue difícil, pero la respeté y ella me respetó. Si hubiese estado sólo con ella, me hubiera sofocado», agregó.
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