El escritor Amós Oz criticó duramente a la extrema derecha israelí. «'Etiqueta de Precio' y 'Juventud de las Colinas' son apodos empalagosos», declaró. «Es hora de que miremos al monstruo a los ojos».
«De niños nos decían que cuando tengamos ladrones hebreos y prostitutas hebreas, podremos asegurar que disponemos de un Estado hebreo. Pues ahora tenemos también neonazis hebreos», añadió.
Oz, que asistió a un evento en el teatro Tzavta de Tel Aviv para celebrar su 75° cumpleaños y la aparición de su nuevo libro, «Sobre Judíos y Palabras», que escribió junto con su hija, Fania Oz-Zalszberg, explicó que le irrita escuchar los apelativos «Etiqueta de Precio» y «Juventud de las Colinas».
«Si pretendemos seguir siendo un Estado que forma parte integral de la comunidad internacional, debemos llamar a las cosas por su nombre», añadió.
«Cuando en Europa o en Estados Unidos hablan de grupos neonazis, no se refieren a una nueva «Solución Final», ni siquiera a un nuevo Holocausto, sino a actos de violencia, vandalismo, aversión a lo diferente y xenofobia. Lo mismo que hacen los neonazis europeos y norteamericanos, hacen nuestros neonazis en Israel y Cisjordania: sembrar el odio y la intolerancia, pero con una sola y gran diferencia: que en nuestro Gobierno todavía hay quienes se oponen a calificarlos de terroristas», aseveró.
La palabras de Oz fueron pronunciadas el mismo día en que el ex jefe del Shin Bet israelí, Karmi Gilón, informó en una entrevista al Canal 1 que a pesar de que existe un aumento de 200% de los llamados «crímenes de odio» en todo el país, la gran mayoría de ellos no nos esclarecidos ni sus autores llevados ante los tribunales.
«No existe por parte del Gobierno un deseo genuino de acabar con estos actos vandálicos», destacó Gilón.
Jaim Levinson, columnista del diario «Haaretz», escribió que se trata de un problema difícil de solucionar, ya que sus autores no pertenecen a una organización jerárquica, lo que reduce la efectividad de la Policía.
«No tienen un cuartel general, un presupuesto o una cuenta en el banco. 'Etiqueta de precio' es una idea. Sólo se necesita una ideología racista, un espíritu aventurero y unos cientos de shékels para comprar spray, gasolina u otro material inflamable y un encendedor», explicó.
Una visión que no comparten Gilón y otros ex responsables de los servicios de seguridad, además de varios políticos que hablan tanto de un movimiento organizado como de negligencia y peligrosa desidia por parte del Gobierno derechista que dirige el primer ministro, Binyamín Netanyahu.
«Se trata de un cáncer racista que debe ser extirpado. Cuando en Francia, por ejemplo, dañan cementerios o sinagogas, en pocas horas vemos al alcalde de la ciudad y al presidente del país en el lugar de los hechos. Es inexplicable que a pocos días de la llegada del Papa a Israel, Netanyahu no visite una iglesia en Jerusalén en la cual se escribió 'Jesús es una basura'. Eso deteriora aún más nuestra ya dañada imagen en el mundo», recalcó.
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