En medio de la guerra que enfrenta Israel con Hamás, el ministro del Interior israelí, Giedón Saar, anunció que la Ley de Retorno otorgará plenos derechos de ciudadanía a las parejas homosexuales.
De acuerdo con Saar, las judías lesbianas y los judíos gays casados en el exterior que deseen inmigrar a Israel podrán hacerlo - incluso si alguno de ellos no es judío - y ambos recibirán la ciudadanía israelí.
«Las puertas de Israel estarán abiertas para cada judío y su familia sin discriminación contra su estilo de vida», expresó el ministro al anunciar la decisión sin precedentes.
Aunque Israel no permite el matrimonio homosexual, a partir de ahora, sí reconocerá los matrimonios efectuados en el exterior, algo que puede abrir las puertas para que en un futuro no muy lejano el Estado judío legalice el matrimonio gay.
Saar envió una carta al Ministerio de Inmigración y Absorción para cambiar la ley y escribió que «los asuntos de la Ley de Retorno son un tema de traer a los judíos del exilio, y el propósito de la enmienda de 1970 fue para permitir que las familias de los judíos también inmigraran a Israel, como iguales, para incentivar la inmigración en general».
«No veo que haya una base para distinguir entre matrimonios heterosexuales judíos y judíos que viven en el exterior con un matrimonio del mismo sexo, según la ley», agregó.
«Ambos cumplen el propósito de la Ley del Retorno, traer a sus hijos a su hogar», destacó.
La decisión se tomó en medio de tensiones sobre cómo se define una «familia» en Israel y mientras hay debates sobre si los matrimonios del mismo sexo deberían ser reconocidos bajo la ley israelí o no.
Actualmente las parejas del mismo sexo en Israel no pueden casarse legalmente pero recientemente empezaron a recibir un reconocimiento limitado.
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