Carl Magnus Helgegren tomó una decisión inusual cuando sus hijos Leo (10) y Frank (11) le pidieron de regalo «Call of Duty: Ghosts». En lugar de comprar el videjuego, los llevó a una zona real de conflicto.
De acuerdo con Helgegren, un periodista sueco, él accedería a comprarles el título de Activision sólo si alcanzaban a comprender la dimensión real de los temas que reflejaba. Es decir, la guerra y sus terribles consecuencias.
Luego de considerar destinos como Afganistán o Irak, se decidió por Israel. El viaje fue en abril pasado, meses antes de que estallara la violencia entre Hamás y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en la Franja de Gaza. Por lo tanto, resultaba en aquellos días el territorio más seguro entre las opciones tomadas en cuenta.
De acuerdo con declaraciones de Helgegren al diario británico «The Guardian» que cita «Haaretz», el objetivo del viaje no era traumatizar a los niños. Aunque también visitaron a una familia israelí, acudieron a museos y disfrutaron del zoológico, el punto central del paseo fueron las experiencias en el campo de refugiados de Shoafat y los Altos del Golán.
El campo de refugiados de Shoafat se encuentra en la parte Este de Jerusalén, cerca del muro que divide a Israel de Cisjordania. El reportero comentó que el acudir a esta zona fue lo que más los afectó de todo el viaje.
«La gente quema basura en la calle y, en una clínica, un doctor nos dijo: Estamos tratando a diario a jóvenes golpeados por la policía».
«Estaban muy tristes. Mi hijo más joven quería traer su pistola de aire y defender a los niños del lugar», añadió. «Le dije: 'Debes considerar que la razón por la cual están aquí es porque alguien trajo una pistola primero, por lo que traer otra no arregla nada'».
«Dile la verdad a los niños, como cantaba #BobMarley», tuiteó Helgegren junto a una foto de sus hijos en Shoafat.
«Son mis hijos y hago lo que creo que es mejor para ellos», respondió el periodista suizo a las críticas que recibió en las redes sociales.
En los Altos del Golán, Helgegren aprovechó para contarles a sus hijos de los ataques con armas químicas en Damasco, capital siria que se encuentra a 40 kilómetros del lugar.
El periodista señaló que, actualmente, muchos padres se preguntan como hacer para que sus hijos dejen de estar encerrados en sus cuartos jugando. Ante esto, comentó que les pedirá hacerse responsables de lo que sus hijos juegan.
«Creo que les debemos esto a nuestros niños. Si los mantenemos igorantes, no podemos creer que el mundo va a cambiar. Si no saben, ¿cómo van a tomar una postura de cambio?», comentó.
Está de más decir que la decisión del periodista sueco se aleja de lo que la mayoría de los padres en el mundo pueden costear. Sin embargo, resulta interesante la forma tan radical en que presentó la guerra a sus hijos. Y, por supuesto, que casi cualquiera preferiría estar seguro en casa disparando a soldados virtuales que en una zona de guerra.
Por lo pronto, Leo y Frank ya no tienen ganas de jugar «Call of Duty». Al menos eso dice su papá.
A pesar de las miles de advertencias en los empaques y por parte de expertos, la realidad es que gran parte de los jugadores de los títulos de «Call of Duty» son niños. Debido a la construcción que hizo Activision acerca de un conflicto armado (espectacular y cinematográfica), los infantes llegan a trivializar lo que significa estar en medio de una zona bélica.
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