Dos emprendedores israelíes, Ilán Missulawin y Alón Shenfeld, lanzaron un calendario con fotos de chicas israelíes que están realizando el servicio militar con la intención de obtener dinero para lanzar la nueva línea de ropa MTKL.
No es una mala decisión empresarial. Responde a la imagen que la sociedad hebrea viene desarrollando a lo largo de años en relación a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), las misiones que le encomiendan y el orgullo nacional porque ese poder le permite a veces ignorar la realidad actual y el futuro.
Las armas y los cuerpos se confunden. Ambos son «máquinas de matar».
Según Missulawin y Shenfeld, «la guerra es sexy en Israel. Levanta el ánimo a la gente en los buenos momentos y en los malos. Ayuda a olvidar que hay decisiones políticas complejas y difíciles que esa sociedad debe afrontar». Así; ni más ni menos.
En última instancia, queda el recurso de empezar a disparar. Quizá pagamos un alto precio en bajas propias, pero los otros lo pasan mucho peor. Si en el otro bando son numerosos los civiles muertos, «la culpa es siempre de ellos por provocar e incitar».
Lo que ocurrió en los últimos años, los ataques desde Líbano y Gaza, dejaron un sabor amargo, porque la victoria no fue total. Raramente las guerras dan lugar a resultados claros. El enemigo sólo tiene que resistir, encajar el golpe y estar en condiciones de seguir luchando un día más.
Pero eso parecen no entenderlo Missulawin y Shenfeld, quienes de acuerdo con su mensaje de moda, aspiran a que las FDI solucionen los problemas que la política se niega a asumir. Lógico; eso obligaría a negociar, a ceder en algunos aspectos o a pagar un precio político. Pero resulta que chicas sexys vestidas de soldados venden más.
Los resultados inconclusos de esas guerras dejan confundidos a políticos y medios de comunicación. Por eso, es habitual encontrar artículos en los que el autor se pregunta cuándo empezará la siguiente.
Para Missulawin y Shenfeld, sin victorias totales, sin ofensivas que destruyan para siempre a Hezbolá o a Hamás, el orgasmo es incompleto.
La única manera de superar esa frustración es echar un vistazo a este nuevo calendario. A falta de sexo satisfactorio, siempre queda la opción de la masturbación.
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