El director de orquesta argentino-israelí, Daniel Barenboim, afirmó que el único límite a la libertad de prensa «es el buen gusto» en referencia al atentado terrorista contra la revista satírica francesa «Charlie Hebdo».
Sin llegar a pronunciar las palabras «Yo soy Charlie», que se convirtieron estos días en eslógan de solidaridad con las víctimas, Barenboim aludió a la «complejidad» del asunto.
«No entremos en ese tema porque es muy complejo», contestó a los periodistas en una rueda de prensa en la que presentó su próximo concierto en Madrid, «Música por la paz», con su West-Eastern Divan Orquesta.
«Se trata en primer lugar de hablar de la libertad de prensa, de la libertad de opinión, que es absolutamente esencial. Alguien que no esté de acuerdo con algo no tiene ningún derecho a ir a matar a otra gente, no hay duda. Pero tenemos que ver cómo se desarrolla todo eso», explicó.
Para el director de orquesta, reconocido por su labor en pos de la reconciliación en Oriente Medio, lo más importante es «que se tenga una idea clara de qué representa la libertad de prensa y pensamiento y cuáles son sus consecuencias».
«No se puede aceptar esa violencia. Hay que encontrar otra forma de vivir y es muy importante las declaraciones de países musulmanes recalcando que esto no tiene nada que ver con el islam», señaló.
Barenboim también se refirió al llamamiento del primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, a los judíos que viven en Francia para que emigren a Israel tras los atentados que tuvieron lugar en el país galo.
«El deber de cualquier primer ministro israelí debe ser decir a todos los judíos que pueden vivir donde quieran. Lo contrario es exactamente paralelo a una declaración antisemita», aseveró.
El director de orquesta arrancó su intervención hablando de la West-Eastern Divan, un proyecto que se reúne a jóvenes músicos israelíes, palestinos y de otros países de Oriente Medio con la intención de convertirse en un foro de diálogo y entendimiento.
«Cuando se habla de este proyecto como un proyecto para la paz, me temo que pueda dar ideas falsas. La música, siendo importantísima, no puede traer la paz en Oriente Medio. Hay cosas que hacer antes de poder hablar de la paz. La música no puede dar ni la justicia a los palestinos y ni la seguridad a Israel», matizó.
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