El gasoducto egipcio, ubicado en la península del Sinaí, que suministra gas natural a Israel y Jordania, ha sido atacado por novena ocasión en lo que va de año. Según afirman los testigos, dos explosiones se registraron, a menos de 100 metros de distancia entre ambas, en el oeste de Al Arish, la capital provincial.
Las fuerzas de seguridad, que se desplazaron inmediatamente hasta el lugar junto a varios camiones de bomberos, informaron que los explosivos fueron detonados por control remoto, como en ocasiones anteriores, y que en los alrededores del gasoducto se encontraron huellas de dos camiones.
Las autoridades egipcias han anunciado en reiteradas oportunidades medidas para reforzar la protección de las instalaciones y detener a los autores de los ataques.
El sabotaje se produjo horas antes de que se iniciaran las primeras elecciones democráticas desde la caída de Hosni Mubarak, en las que el pueblo egipcio elegirá diputados.
Israel importa desde Egipto el 40 por ciento del gas que necesita para alimentar sus centrales eléctricas. El suministro, pactado en la época del depuesto presidente, es muy criticado por varios sectores de la opinión pública de ese país.