Miles de cristianos de la Autorida Palestina (AP) acudieron a Jerusalén para el Domingo de Ramos, al iniciarse las festividades que concluirán con la Pascua de la Semana Santa.

Los fieles se congregaron en la Iglesia del Santo Sepulcro, erigida sobre el lugar que se considera tradicionalmente el de la resurrección de Jesús.

Muchos de los peregrinos agitaban palmas en recuerdo del recibimiento que le dieron a Jesús en su entrada a Jerusalén hace 2.000 años.

Los cristianos palestinos acudieron también a la Iglesia de la Natividad en Belén, sitio donde se cree nació Jesús, aferrando ramas de palma y olivo y flores mientras entonaban cánticos de alabanza.

Estos hechos ocurren a pesar de que las fuerzas de seguridad israelíes informaron que impondrán el cierre general de Cisjordania durante la celebración de la festividad judía de Pesaj.

Según informó un portavoz del Ejército israelí, Cisjordania permanecerá cerrada desde la medianoche del domingo pasado hasta la medianoche del martes 2 de abril.

«Las personas que necesiten atención médica o ayuda humanitaria, podrán pasar para recibir servicios con la autorización de la Oficina de Administración de Territorios en Cisjordania», señaló el portavoz del Ejército. Sin embargo, los hechos en el terreno muestran un ambiente de tolerancia.

En Cisjordania viven unos 50.000 cristianos palestinos, una pequeña minoría en una sociedad musulmana que debe obtener permisos especiales del Ejército israelí para asistir a los oficios en Jerusalén.

La líder palestina, Hanán Ashrawi, afirmó en un comunicado que fueron rechazadas el 60% de las solicitudes cristianas.

En cambio, el vocero militar israelí, Guy Inbar, aseguró que habían emitido 20.000 permisos hasta el momento y rechazado sólo 190.

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