El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, alertó que, de haber un fracaso en las tratativas entre Israel y la Autoridad Palestina (AP), la situación en Oriente Medio sería «insostenible». «Las consecuencias de un fracaso serían inaceptables», afirmó Kerry durante su comparecencia en la 50ª edición de la Conferencia de Seguridad de Múnich.
«Todos tenemos un fuerte interés en encontrar una solución a este problema», aseguró. Sin embargo, se mantuvo cauto a la hora de mostrar su propio optimismo: «Pero puedo asegurar que estamos muy decididos a encontrar una solución».
«Es un error creer que sin un acuerdo entre Israel y la Autoridad Palestina vaya a permanecer todo como hasta ahora en Oriente Medio. La situación no es sostenible. El statu quo cambiará si fracasan las negociaciones. Por ello, todos deberían estar interesados en lograr un éxito», declaró.
«Un acuerdo modificaría por el contrario la situación en Oriente Medio y se abriría un nuevo mercado. Nosotros sabemos más o menos, cómo debería ser una solución del conflicto. El problema es llegar hasta allí», agregó.
Israelíes y palestinos se encuentran negociando actualmente con mediación de Kerry, con un plazo de seis meses que expira en abril.
El acuerdo marco que planea el canciller estadounidense incluye la soberanía israelí sobre el 75 u 85% de los asentamientos judíos en Cisjordania, el reconocimiento de Israel como Estado nación del pueblo judío, la creación de un Estado palestino en las fronteras de junio de 1967, acuerdos de seguridad y compensaciones tanto para los palestinos refugiados como para los judíos que debieron abandonar los países árabes en los que vivían tras la fundación de Israel.
Danny Dayán, representante del Consejo de Judea y Samaria - organización que aglutina a los asentamientos judíos en Cisjordania - criticó el plan de Kerry.
«Su visión sobre los judíos de Judea y Samaria es extremadamente engañosa. Cuando habla del 80% está incluyendo Jerusalén Oriental. Eso significa el desalojo forzoso de 150.000 israelíes, algo que es moralmente repugnante e inaceptable», afirmó.
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