En una medida destinada a acelerar lo que fue definido como el final de la aliá de los judíos de Etiopía, el Ejecutivo israelí aprobó un presupuesto adicional de 17 millones de shekels (4,25 millones de dólares) que agilizará el proceso y permitirá también la apertura de un nuevo centro de absorción.
El objetivo es garantizar la llegada a Israel de unos 2.200 nuevos inmigrantes antes de finales de marzo de 2014.
El ministerio de Interior aprobó los documentos de todos aquellos que llegarán en los dos años venideros.
Sin embargo, debido a la falta de lugar apropiado para instalarse en Israel, la mayoría de ellos sigue viviendo en la extrema pobreza en la ciudad etíope de Gondar, al norte de Etiopía. Muchos de ellos están esperando su salida desde hace más de una decena de años.
Según el diario israelí «The Jerusalem Post», la resolución tomada se debe a varios meses de presión y críticas de los miembros de la comunidad de Etiopía en Israel, y a sus partidarios en todo el mundo, por la lentitud del proceso migratorio, a pesar de un anuncio realizado el pasado febrero que garantizaba su llegada al país.
La reciente resolución se basa en otra decisión del gobierno tomada a fines de 2010 y destinada a continuar la aliá de Etiopía, lo que permitirá el arribo de unos 8.000 judíos a Israel en un plazo de tres años.
Hasta la fecha, 6.000 personas de la comunidad de los Falash Mura - judíos de Etiopía cuyos antepasados se convirtieron al cristianismo hace más de un siglo - fueron aprobadas oficialmente para llegar a Israel. La mitad de ya se encuentra en el país.
Se espera que con este incremento en el presupuesto se logrará que 250 Falash Mura lleguen a Israel cada mes.
El Gran Rabino sefardí, Shlomó Amar, reconoció oficialmente a la comunidad de los Falash Mura como parte del pueblo judío en 2002 y se les permitió venir a Israel por medio de una cláusula especial en la ley de entrada al país.
Sin embargo, a su arribo, los inmigrantes también deben someterse a una conversión al judaísmo.
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