Durante el Ángelus del pasado domingo, el Papa Francisco evocó «las violencias de la noche del 9 el 10 de noviembre de 1938 contra los judíos, sus sinagogas, sus casas, sus comercios, que supusieron un triste paso hacia la tragedia del Holocausto».
El Sumo Pontífice llamó a los católicos a ser «vigilantes contra toda forma de odio e intolerancia», en la conmemoración del 75° aniversario de la «Noche de los Cristales» contra los judíos alemanes, y afirmó que los «judíos son nuestros hermanos mayores».
El Papa Francisco rezó el Ángelus dominical asomado a la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano ante miles de personas que abarrotaban la Plaza San Pedro para esperar el ya habitual recorrido del pontífice entre fieles y peregrinos.
«Renovamos nuestra proximidad y solidaridad con el pueblo judío y oremos a Dios para que la memoria del pasado, de nuestros pecados del pasado, nos ayude a ser siempre vigilantes contra todas las formas de odio y la intolerancia», afirmó el Papa a las 60.000 personas reunidas.
«Los judíos son nuestros hermanos mayores, los más grandes», señaló en ese sentido el pontífice, que siempre mantuvo una cercana relación con la comunidad judía.
El Papa Francisco envió también un mensaje a la población de Filipinas y de aquellas regiones «que fueron golpeadas por un tremendo tifón», que dejó decenas de miles de muertos y centenares de miles sin hogares.
«Recemos por nuestros hermanos y hermanas, y busquemos para que nuestra ayuda les llegue», dijo Francisco y, tras un momento de silencio, fue largamente aplaudido.
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