Un avión fletado con unos 240 inmigrantes de Etiopía aterrizó esta semana a suelo israelí. Es el primero de una serie de vuelos de periodicidad mensual previstos como parte de la operación «Alas de Paloma», una iniciativa del Gobierno para acelerar el regreso a Israel del resto del grupo Falash Mura.
La Falash Mura está formado por miembros de la comunidad judía que reside en Etiopía, y a pesar que por momentos históricos se convirtieron al cristianismo o al Islam, su cultura mantiene muchas de los preceptos judíos, como la circuncisión y la kashrut.
Desde 1991 hasta hoy, la gran mayoría de esta comunidad llegó a Israel logrando reencontrarse con sus familias.
En total , se trata de unos 75 mil judíos de Etiopía que, con sus hijos ya nacidos en Israel, forman una comunidad de 150 mil personas.
Los retos que enfrentaron los judíos etíopes que arribaron a Israel fueron enormes ya que aparte de haber estado separados de sus familias y que la estructura social a la cual pertenecían se vio fragmentada, la mayoría de los inmigrantes llegaron de aldeas sin agua corriente y energía eléctrica, y una buena parte de ellos eran analfabetos.
A pesar de todas estas dificultades, lograron integrarse a la sociedad israelí; y actualmente hay judíos etíopes activos en todas las esferas de la vida política, económica y social, habiendo logrado algunos de ellos convertirse en modelos a seguir.
Aunque parezca extraño para algunos, los miembros de la Falash Mura son aceptados como auténticos judíos por el Gobierno israelí, a pesar de que deben pasar generalmente por un proceso de conversión religiosa.
Este año, el flujo de los Falash Mura será un 16% superior al anterior. Jerusalén sigue siendo el lugar más deseado por estos nuevos inmigrantes para integrarse a la sociedad.
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