El Ejército israelí comenzó a «hablar» en español para llegar directamente al público iberoamericano en una estrategia con la que pretende mejorar su imagen y contrarrestar la que, afirma, dan de él sus enemigos.
«Queremos dar una información oficial, clara, contrastada e inmediata en español», explicó el capitán Roni Kaplan, portavoz del Departamento Hispano de Prensa en el Ejército y quien, como oficial de mayor de rango, encabeza la extraoficialmente conocida como «Sayeret Sfardit» (Unidad de élite española).
Unas ondas hertzianas - logo de la oficina del portavoz del Ejército - sobre un mapa de América Latina son el emblema no oficial que el orgulloso equipo hispanohablante lleva en el pecho junto a la leyenda: «después de 64 años enseñamos a las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) a hablar en español».
Una forma de expresar «los grandes esfuerzos que en el último año realizó el Ejército para llegar a 500 millones de personas en todo el mundo que usan el español como lengua madre», afirmó Kaplan.
El trabajo de este equipo de seis personas, todas ellas inmigrantes de América Latina, se puede ver desde hace unos meses en internet www.idfblog.com/spanish y la semana que viene el Ejército lanzará oficialmente la página, que sus portavoces aseguran «tratará de ser informativa y no caer en la propaganda».
«Estamos también en todas las plataformas virtuales conocidas - Facebook, Twitter, YouTube, Instagram, Flickr -», dijo Manuel Pruss, inmigrante argentino de 22 años que presta el servicio militar obligatorio tras haberse radicado en Israel.
Por su experiencia en redes sociales, trabaja en el Departamento de Comunicación Interactiva, con sede en Tel Aviv y dependiente de la Oficina del Portavoz del Ejército, que desde Jerusalén acciona en su caso con los medios de comunicación.
«La plataforma interactiva y la de prensa son complementarias», subrayó Kaplan, de origen uruguayo y primer oficial latinoamericano en la portavocía militar.
Hasta el año pasado esta oficina siempre había tenido un soldado hispanohablante, pero el Ejército creó una sección especial para intentar acercarse mucho más al mundo iberoamericano.
«En julio de 2012 decidimos abrir una sección bajo el mando, por primera vez, de un oficial, para atender a los medios, y era natural que siguiéramos este esfuerzo con las plataformas interactivas», señaló la teniente coronel Avital Leibovich, ex portavoz militar para los medios extranjeros y desde hace unos meses comandante del Departamento Interactivo.
«El objetivo de todas las plataformas es ofrecerle información al público para que decida por si mismo, para que sepa qué es el Ejército israelí, cuáles son sus actuaciones y las amenazas que afronta para defender a la población de Israel», explicó.
Una iniciativa que siguió al masivo uso de las redes sociales y la blogosfera por parte de los palestinos a partir de la operación militar «Plomo Fundido» en diciembre de 2008, cuando imágenes de bombardeos israelíes en Gaza inundaron internet.
«Vimos cómo Hamás subía imágenes que los medios de comunicación después copiaban, muchas veces eran trucadas con la ayuda de Photoshop, y dado que nosotros teníamos la información relevante decidimos ofrecerla al público por nosotros mismos», aseguró sobre aquellos días.
Las nuevas plataformas en español se suman a otras que progresivamente entraron en funcionamiento desde esa ofensiva, primero en inglés y árabe, más tarde en ruso y el año pasado en francés.
Aunque no son menos informativas, las realizadas en hebreo son de consumo local y hablan a los israelíes de la importancia de defender su Estado y la necesidad de que presten el servicio militar.
En su conjunto, todas guardan armonía e uniformidad en los mensajes militares, aunque los contenidos de cada plataforma son adaptados - siempre por soldados natives - a cada comunidad idiomática, de forma que símiles y metáforas sean captados fácilmente.
«Un ejemplo muy simple puede ser sustituir la Ópera de Sidney por los Dedos de Punta del Este (Uruguay) en una infografía», comentó Pruss, que en el día a día dijo encontrarse con un complejo reto: la homologación lingüística del español para que pueblos muy dispares entiendan los contenidos.
Para resolverlo recurren a los diccionarios y a los libros de estilo de prestigiosos medios de comunicación, siempre con la itinerante bombilla de mate junto al teclado y la atenta supervisión de una Mafalda a la que, ahora, le toca aprender hebreo.
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