La muerte de bebés olvidados por sus padres en vehículos durante cada verano genera debate en Israel y se estudia imponer el uso obligatorio de dispositivos electrónicos en los coches para acabar con estos sucesos.
El último caso se produjo el pasado lunes cuando una niña de 18 meses falleció después de que su padre la dejara en un vehículo en un asentamiento judío cerca de Ramallah, en Cisjordania, el segundo suceso similar desde el domingo, y tercero en dos semanas.
De acuerdo a las investigaciones preliminares, el padre olvidó a su hija y fue un peatón quien se percató de que la menor se encontraba en el interior del vehículo y alertó a los servicios médicos que no pudieron hacer nada por salvarle la vida.
La niña fue trasladada en estado grave a un hospital de Tel Aviv y poco después los médicos certificaron su fallecimiento.
El domingo, otra bebé de apenas cinco meses murió tras ser dejada en un coche en una localidad cerca de Jerusalén.
Según la policía, su padre, que trabaja en seguridad, había concluido una guardia nocturna y la olvidó tras dejar a su otra hija de tres años en la guardería.
De regreso al domicilio familiar el padre se fue a dormir y sólo se dio cuenta del fatal descuido cuando su mujer lo llamó bien entrada la tarde.
A principios de este mes otro bebé de 8 meses murió en la ciudad de Ramat Gan, próxima a Tel Aviv, en similares condiciones tras haber sido olvidado durante horas en el coche por su progenitor, que había recibido una llamada telefónica y se despistó.
De acuerdo a datos publicados por el diario «Yediot Aharonot», desde 2009 al menos 7 menores murieron en estas circunstancias en Israel, de los cuales sólo 4 fallecieron este año, el primero de ellos en el mes de mayo cuando las temperaturas ya son muy altas.
Desde principios de 2013, al menos 13 menores fueron olvidados en vehículos, donde en pocos minutos se concentran elevadas temperaturas.
Según el Consejo de Protección al Menor, desde 2008, se registraron más de 200 casos, de los cuales en 188 los menores resultaron afectados y 12 perdieron la vida.
Los expertos médicos advierten que dejar a un niño en un coche cerrado puede resultar mortal debido a que las pequeñas dimensiones del cuerpo del menor hace que su temperatura se eleve hasta tres veces más rápido que en un adulto.
Un estudio de General Motors en 2001 reveló que cuando la temperatura en el exterior es de 35 grados celsius, en el interior del vehículo puede llegar a alcanzar los 50 en 20 minutos, y después de 40 minutos se eleva hasta los 65,5 grados.
Los médicos, según apuntó «Yediot Aharonot», tienen una denominación no oficial para este fenómeno: Síndrome del Bebé Olvidado (FBS, por sus siglas en inglés).
Los últimos casos llevaron a varios diputados a pedir un debate parlamentario y a formar una comisión interministerial para poner en marcha cuanto antes la estandarización de dispositivos que eviten que se repitan estos trágicos sucesos.