Cuando Cati Holland revisó su correo electrónico hace unas semanas, se sorprendió de encontrar un mensaje que decía que tiene derecho a una compensación por la tienda de su abuela en Berlín confiscada por los nazis hace más de 70 años.
No era correo basura ni un ardid para robar su identidad. Ni siquiera era una nota legítima de un funcionario alemán dedicado a localizar a las víctimas y sus herederos.
El mensaje provino de una compañía israelí de genealogía ubicada en las redes sociales que está utilizando internet para ayudar a identificar a herederos de propiedades que los nazis robaron a sus víctimas.
«Mi abuela me contó tantas historias sobre la tienda, sobre los hermosos vestidos y sombreros elegantes que hacían y los clientes ricos que los utilizaban», dijo Holland (75), que vive en Israel en la ciudad de Hadera.
«Pero siempre pensamos que todo se había perdido después de que mis padres huyeron de los nazis. Nunca se nos ocurrió reclamar alguna indemnización. Ese mail me sorprendió muchísimo», agregó.
Desde la caída de Hitler y el fin de la Segunda Guerra Mundial, Alemania pagó unos 92.000 millones de dólares en concepto de indemnizaciones a las víctimas del Holocausto. Más de dos millones de personas recibieron pagos en una sola exhibición o una pensión mensual. Israel recibió alrededor de 2.200 millones de dólares, según datos suministrados por el ministerio de Finanzas alemán y citados por el diario «Haaretz».
Parte de la indemnización se destinará a la Conferencia sobre Reclamos Materiales Judíos contra Alemania, una organización privada con sede en Nueva York que trabaja para garantizar el pago de compensaciones a los sobrevivientes y sus herederos.
Los descendientes tienen hasta 2014 para reclamar los activos de su familia si encuentran su propiedad original en una lista publicada recientemente por la Conferencia de Reclamos, denominada Late Applicants Fund (Fondo para Solicitantes Tardíos).
Con los años, la búsqueda de los herederos se complicó porque la mayoría de los sobrevivientes del Holocausto ya fallecieron. Y los descendientes no siempre tienen un conocimiento detallado de los activos que pertenecieron a su familia.
Sin embargo, el auge de las redes sociales ofreció nuevas oportunidades para rastrear a los herederos y cerrar uno de los capítulos más oscuros de la historia.
«Apenas estamos percatándonos del enorme impacto que las redes sociales tendrán en la historia del Holocausto», dijo Robert-Jan Smits, director general de la comisión de investigación y diseño de la Unión Europea. «Estamos pasando de archivos polvorientos a bases de datos digitalizadas».
Uno de los impulsores de la nueva campaña es Gilad Japhet, fundador y director general de MyHeritage, una página israelí de redes sociales con cerca de 70 millones de usuarios registrados en todo el mundo que permite a los individuos reconstruir sus propios árboles genealógicos en línea.
Hace unos meses, Japhet leyó un informe en torno a la lista de la Conferencia sobre Reclamos que contiene más de 40.000 edificios, almacenes y fábricas cuyos dueños originales no pudieron ser identificados. Japhet comparó algunos de los nombres contenidos en la lista con los millones de nombres que los usuarios publicaron en los árboles genealógicos de MyHeritage en línea.
Japhet armó un equipo de cinco empleados que crearon un programa informático que vincula automáticamente los nombres en la lista de la Conferencia sobre Reclamos con los de los árboles genealógicos virtuales. Hasta el momento, pudieron vincular unos 150 nombres de la lista con los nombres colocados en los árboles genealógicos. Esperan seguir trabajando en este proyecto durante varios meses más.
En el caso de Cati Holland, en un principio MyHeritage contactó a su yerno, Erán Karoly, quien publicó un árbol genealógico que incluía a Recha Cohn, la abuela de Holland y propietaria de la tienda de Berlín, la cual se encontraba en el bulevar Kurfürstendamm en la parte occidental de la ciudad. Los abuelos de Holland escaparon a América Latina poco después de que los nazis subieron al poder y emigraron a Israel muchos años después.
Holland presentó una solicitud de restitución a la Conferencia sobre Reclamos y ahora está a la espera de una respuesta. El nivel de compensación depende de varios factores, tales como el valor de la propiedad y la cantidad de personas que presentarán solicitudes hasta 2014.
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