Unos cien inmigrantes africanos que buscan asilo en Israel, ya que provienen de varios países del continente que están en guerra, salieron de un «centro abierto» en el sur de Israel y comenzaron una marcha de protesta que llegará a Jerusalén.
La razón de la manifestación, iniciada el domingo, es reclamar contra la política de Israel en cuanto a los demandantes de asilo, que según la última reforma de la ley, deben permanecer en un centro abierto durante una cantidad de tiempo ilimitada.
El nuevo centro que está situado en el sur del país, se inauguró la semana pasada y según sus instrucciones, los inmigrantes ilegales deben presentarse tres veces por día para un recuento y dormir en él desde las diez de la noche hasta las seis de la mañana. La instalación acoge actualmente a 480 inmigrantes africanos, de los cuales, 240 no se presentaron el sábado para el recuento.
«Desde el sábado faltan 240 personas, de las cuales se calcula que unas cien decidieron marchar hacia Jerusalén» comentó la portavoz del Servicio de Prisiones de Israel.
«La razón no es que se les trate mal ni la falta de comida, sino que no quieren estar encerrados por la noche, quieren salir», agregó.
El centenar de inmigrantes, que llegó el lunes a Beer Sheva, a unos 60 kilómetros del centro, para continuar la marcha hacia Jerusalén a pie, se propuso caminar hasta la casa del primer ministro hebreo, Binyamín Netanyahu, y montar una tienda de campaña para protestar por su situación.
El tema de los inmigrantes ilegales africanos en Israel es controvertido, ya que el Estado judío otorga muy pocas visas de refugiados.
Quienes no reciben visas, que son la inmensa mayoría, se encuentran en una situación muy compleja, ya que Israel no puede devolverles a su país si éste se encuentra en guerra, pero tampoco les permite trabajar legalmente.
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