Cambiar un judío por mil terroristas debería ser y es una vergüenza para el orgulloso pueblo árabe, necesitado de alguna falsa victoria. Vamos a presenciar la liberación del joven soldado Guilad Shalit vendida por Hamás y los islamistas como una victoria sobre Israel. ¿Es una victoria cambiar un hombre por mil animales? ¿Es una victoria de verdad cambiar un judío por mil árabes? ¿Para quién es de verdad la victoria? El valor que Israel da a sus ciudadanos, se mide por el canje que hace de uno solo de sus hijos, por miles de sus enemigos. Es doloroso ver cómo asesinos confesos, perversos seres que no podemos definir como humanos, salen de las cárceles israelíes, pero en realidad será más doloroso para los propios terroristas que entrarán en las prisiones tenebrosas regentadas por Hamás y sus carceleros.
Todos los terroristas excarcelados serán interrogados por Hamás antes de permitirles deambular por las nauseabundas calles de Gaza. Les tendrán miedo, aunque no seremos nosotros quienes digamos las razones. Muchos preferirían quedarse en las cárceles de Israel, que vivir en una supuesta libertad en Gaza. No pasará mucho tiempo sin que algunos traten de escapar de su nueva cárcel en Gaza, donde serán sometidos a todo tipo de vejaciones, aquellas que Hamás ya tiene preparadas para ellos. ¿Es esta la victoria que vende Hamás?