Motti Poslushni, 60, general retirado del ejército israelí y funcionario de alto rango en la Municipalidad de Hertzlya es la cara de una sociedad en decadencia moral absoluta. Junto a su esposa Dominique, robaron del campo de exterminio Auschwitz-Birkenau objetos allí expuestos.
Al intentar abordar el avión que los traía de regreso desde Polonia a Israel, se encontraron entre sus pertenencias cuchillos, tijeras,una botella de porcelana y cucharitas, todo ello perteneciente a prisioneros de ese campo.
El hecho no es una anécdota más. El ex-general no tuvo el mínimo respeto por la memoria de cada uno de los muertos, nuestros muertos, cremados allí en los hornos. El ex-general faltó el respeto a los sobrevivientes del horror y a sus descendientes. Me faltó el respeto a mí, como hijo de sobrevivientes. Faltó el respeto a mi padre z"l, quien atravesó dicho infierno, (quizás alguno de esos elementos fueron de él, quien puede saberlo).
El ex-general y su mujer, profanaron con sus sucias manos, algo sagrado. Profanaron la memoria colectiva de un pueblo. Su accionar es más repudiable que el de Ahmadinejead al negar el holocausto. Hasta ahora sabíamos que el iraní es nuestro enemigo.