El atentado múltiple en el sur de Israel constituye una fase nueva en la saga del terrorismo palestino, es una secuela de la revolución egipcia y eleva signos de pregunta sobre lo que pasará en tan solo un mes.
Por un lado, como lo dijo la líder de la oposición, Tzipi Livni, la frontera con Egipto ha dejado de ser la frontera de la paz. Por alguna misteriosa razón, Israel decidió no construir una frontera física, llámese cerca, en la frontera entre el Néguev y el Sinaí durante todos los años de "paz fría" con Egipto. Treinta años después, y con el status quo cambiado, ya es tarde. La larguísima frontera con Egipto se ha convertido en un paraíso para contrabandistas, y para "Sinaí Tours", como llaman la Jihad Islámica y el Hamás las posibilidades ilimitadas abiertas ante sí.
Operativamente, un atentado combinado, con por lo menos quince terroristas con un estupendo entrenamiento militar, incluyendo uniformes, armas largas, cinturones explosivos, disciplina de desplazamiento y emboscada, comunicación sofisticada, y ejecución de una operación militar compleja, son la muestra de que el paradigma Hezbollah, con el knowhow iraní, han bajado hacia el sur.