El pueblo de Israel aguarda para salir a la libertad. Faraón aún se empecina y se resiste a liberar a sus esclavos, ya que al liberarlos quedará inmediatamente claro
que Hashem ha triunfado sobre él, que Hashem es Dios y él sólo un ídolo.
Las tres últimas plagas tienen un común denominador. Todas se vinculan con la imposibilidad de ver, tal vez una insinuación a la ceguera de Faraón. La langosta cubre la tierra y es imposible ver nada "Cubrirán la superficie de la tierra, de modo que nadie podrá ver el suelo..." (Exodo 10:5 y 15), a lo cual se refiere Rav Shimshón Rafael Hirsh diciendo "el ojo del hombre es un manantial, no porque su espíritu se abre paso por él, sino porque el universo fluye hacia adentro del hombre a través del ojo...". Nuestra captación del mundo se realiza a través del ojo, y parecería que la falta de la visión hace muy difícil la existencia, a diferencia del ciego, que aprende a contemplar el mundo por otras vías, nosotros, los videntes, nos sentimos impotentes ante la ceguera. Así aconteció en Egipto durante la plaga de la langosta. La plaga de la oscuridad es tal como lo explicita su nombre "Extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas en toda la tierra de Egipto por tres días" (Exodo 10:21). La plaga de los primogénitos tiene lugar de noche. Escenografía adecuada para el espantoso acto de los primogénitos muertos en cada hogar (Ver: Exodo 11 y 12:29-20).
La plaga de los primogénitos es el parteaguas hacia la liberación: "Y se levantó Faraón en la noche, él con todos sus siervos y todos los egipcios; y hubo gran clamor en Egipto, porque no había hogar donde no hubiera alguien muerto. Entonces llamó a Moshé y a Aharón aún de noche, y dijo: Levantaos y salid de entre mi pueblo, vosotros y los hijos de Israel; e id, adorad al Señor, como habéis dicho.... Y los egipcios apremiaban al pueblo, dándose prisa en echarlos de la tierra, porque decían: Todos seremos muertos." (Exodo 12:30-33).
Faraón se da por convencido. Pero no es la primera vez que les dice que se vayan. Parecería que esta vez no cambiará ya de idea ya que su propio pueblo lo apremiaba a "echarlos de la tierra". Los egipcios comprendieron que debían hacer algo y tomar la iniciativa en el momento de la debilidad de su líder Faraón.
El pueblo de Israel sale a su libertad. Hashem cumple con su palabra. Sin embargo en lugar de cantos de victoria y alabanza, Hashem ordena a su pueblo un mandamiento simple, incluso un poco extraño "Este mes será para vosotros el principio de los meses; será el primer mes del año para vosotros". (Exodo 12: 2).
¿Qué tiene que ver este gigantesco acontecimiento histórico con la determinación del calendario? La mayoría de los exégetas se relacionaron a esta pregunta, entre ellos encontramos la interesante interpretación del rabino Ovadia Sforno, hombre del Medioevo, "a partir de ahora serán "para vosotros", para hacer en ellos de acuerdo a su voluntad, pero en los días de la esclavitud, los días no era vuestros sino para trabajar y servir a otros, por lo tanto, es el primero de los meses del año, porque en él comenzó vuestra realidad electiva" (se refiere a la realidad como seres capaces de elegir). En ese día comenzó la existencia libre. A partir de ahora podrán dirigir su tiempo y ya no serán otros los que establecerán el tiempo.
La mayoría de los intérpretes se refieren al tiempo en el sentido nacional, ya que a partir de ese momento comienza la cuenta de los meses del calendario hebreo, siendo Nisán el primer mes. Pero es también el comienzo del tiempo humano. La libertad del hombre carece de sentido en tanto no puede hacer con su tiempo de acuerdo a su voluntad. La luna nueva que nace al comienzo del mes, la renovación cósmica, son una señal de nuestra libertad como individuos y como nación.
Leer artículo completo...