Dos son las parashot (lectura semanal) de la Torá que llevan el nombre de personajes paganos. Una, es la de Itró el suegro de Moshé y la otra, la de Balac en la que Bilaam, es convocado por el rey moabita para maldecir al pueblo israelita y finaliza bendiciéndole.
En aras de la justicia, entonces, la porción de esta semana debiera llevar el nombre del nigromante y adivino y no la del rey que lo contrató.
Leamos: “Y Balac hijo de Zipor era rey de Moab en aquel tiempo en particular. Entonces él envió mensajeros a Bilaam hijo de Beor en Petor, que está junto al Río de la tierra de los hijos de su pueblo, para llamarlo, diciendo: “¡Mira! Un pueblo ha salido de Egipto. ¡Mira! Han cubierto la tierra hasta donde se alcanza a ver, y están morando directamente enfrente de mí”. (Números 22:4-5).
La expresión “hasta donde se alcanza a ver”, ya la habíamos encontrado en Éxodo 10:5 y 10:15: “Y estas cubrirán la superficie visible de la tierra y no será posible ver la tierra; y se comerán lo restante de lo que ha escapado, lo que les fue dejado a ustedes por el granizo, y comerán del campo todo árbol de ustedes que esté brotando”... “Y fueron cubriendo la superficie visible de todo el país, y el país se oscureció; y siguieron comiéndose toda la vegetación del país y todo el fruto de los árboles que el granizo había dejado; y no quedó nada verde en los árboles ni en la vegetación del campo en toda la tierra de Egipto.”
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