El día que papá me regaló un extintor me puse tan tan contento que prendí fuego a la cuna de mi hermanita. Cuna de mi hermanita bah!! Era miii cuna. Lo que es de uno, nunca se deja de poseer.
Así que en realidad, prendí fuego a mi cuna para saber si mi vocación de bombero era auténtica. Como soy un niño bueno, primero tomé el recaudo de sacar a la dulce y tierna criatura que me ha robado la mitad del amor que me corresponde por derecho, de su camita. Me subí a un banquito y agarré en brazos a la beba con ternura, le mostré mi dentadura de sonrisa apretada y la puse en la cucha donde duerme Bobby. Seguro que ahí no iba a tener frío ni se iba a sentir sola. Le dije al perro que la cuidara, yo hablo un poco de su idioma.
El apagador de fuegos andaba bárbaro y la cuna quedó preciosa, ahora parece una antigüedad. Papá siempre se esmera en regalarme juguetes útiles que me sirvan para elegir una profesión para el futuro. Así fue que hace unos años recibí una sierra eléctrica para hacer de carpintero. La usé para cortar al medio todas las puertas de la casa, Bobby nunca más tuvo que rascar las puertas para que le abran. Al cumplir cuatro, él vino con una caja de tachuelas miguelito.
Me enseñó a ponerlas en la calle a la mañana temprano y esperar a que empiecen a salir los autos al trabajo. Mi sabio padre me aconsejó sentarme en la ventana del living, donde se veía el lugar en el que caían las tachuelas, los vecinos que se bajaban de sus autos gritaban palabras desconocidas(debe ser alguna lengua extranjera) y cambiaban las gomas pinchadas por mis clavitos. "Es la forma de aprender a cambiar cubiertas"-dijo mi papi y agregó que tener una gomería es un negocio muy rentable hoy día. Mamá comparte su criterio práctico de elección de regalos y aportó sugiriéndole no comprar más esos huevitos de chocolate porque adentro hay juguetitos con piecitas muy chicas que nos podemos tragar. Imaginate Cacho- le dijo a mi papá- los nenes con un árbol de huevitos kinder en la panza!!!
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