Hober ya conoce mis debilidades, y luego de decirme hola y de entregarme un vaso de agua mineral (el Sr. Hober es naturista vegetariano) me lleva por las escaleras hacia el sótano gigante e iluminado, al sector “judío”.
El sector judío es una pieza donde hay libros antiguos de temas que aparentan para el Sr. Hober judíos. Entre los libros viejos hay algunos que no valen ni las tapas de cuero que llevan y en pocos casos se puede encontrar reales creaciones de cultura.
Muchos son los libros litúrgicos viejos que quizás fueron robados de la “gniza” de las Sinagogas, capítulos del Talmud, el Tanaj, Mishnaiot, Shuljan Haruj, Sidurim viejos con tradición Ashkenazi. Suelo abrirlos para observar quiénes eran sus dueños, quién fue el joven que recibió el libro para el Bar Mitzvá hace 200 años, y a quién se le entrego durante su vida. Curiosidad.
Muchos de los libros están escritos en alemán, y son libros góticos que fueron escritos por cristianos o judíos asimilados.