Sr. Binyamín Netanyahu, Primer Ministro de Israel
Quisiera contarle a usted quienes somos, que hacemos y como llegamos hasta aquí.
Somos los niños del invierno de los años 70 y algo más. Crecimos. Ya hace tiempo no estamos en el ejercito. Nos liberamos, paseamos por Occidente, regresamos, obtuvimos títulos (hasta casi 2). Nos casamos, tuvimos un hijo o dos y hoy trabajamos en nuestra profesión, o abrimos un pequeño negocio, o cambiamos de dirección.
En resumen, nos subimos al camino que habría de convertirnos en personas ordenadas. Pero somos concretamente desordenados; no sólo eso, sino que no tenemos idea de como hacerlo.
El departamento, las cuentas, los impuestos, la gasolina, el jardín de los niños, simplemente cuestan tanto que nosotros, dificultosamente, conseguimos sobrevivir. Suerte que a nuestros padres que nos ayudan de vez en cuando, pero créanos que hubiéramos preferido no recibir nada de ellos. Sabemos que para ellos tampoco es fácil.
No quisiera hablar en nombre de todos, porque cada uno es un tema distinto. Hay aquí gente de las ciudades, de los kibutzim y de los moshabim; de izquierda y de derecha; del norte y del sur; estudiantes y familias. No somos un movimiento ni un lobby politico, y la verdad que nunca pensamos que nos reuniríamos en esta lucha compartida.
Todos somos socios en el presentimiento que así es imposible seguir, pero cada uno de nosotros tiene una visión distinta de lo que se debe hacer. Entonces, en lugar de hablar por todos, quiero contarle lo que yo desearía que ocurra y como quisiera que este país se viera. Habrán muchos que no estarán de acuerdo, pero quizás ésto formule una lista de testigos entre ellos, y quien sabe si no comezaremos a pensar de verdad en la dirección hacia la que nos dirijimos, y de aquí empiece a forjarse un cambio.
Le adjunto mi lista de exigencias personales en una lucha actual:
1. Quisiera que exista un profesional serio que se ocupe de los problemas y no sólo de los precios que ya rebasan. Y en lugar de construir rápido, vale construir inteligentemente, y pensar por un momento en el futuro y dar respuestas inmobiliarias que también responderán a las necesidades de parejas jóvenes y cuidarán el entorno.
2. Quisiera que la educación sea buena y gratuita. Entienda que esto es primordial para nosotros; que nuestros hijos estén en marcos adecuados y buenos. Para ello nos sacrificamos todos los meses. Y cuando digo educación gratuita me refiero a las guarderías y jardines de infantes. Deme una sola causa buena por la que el país se preocupa por la educación de los niños de 3 años pero no de los de 1. Las madres deben salir a trabajar y el país está obligado a preocuparse por todos los niños.
3. Para preocuparse por los niños se debe aumentar los sueldos de los maestros, de los trabajadores sociales, de los policías y de los médicos. Y ver la manera de bajar los sueldos de los políticos, porque a estos, que ganan 50.000 shékel por mes yo simplemente no los necesito; ellos no siempre benefician al país; con ganar 15.000 es suficiente.
4. Y si ya hablamos de los médicos, quiero que se recupere el programa de salud comunitaria, porque no es lógico para mi que aboné este mes 500 shekel al seguro social y tuve que pagar otros 250 al seguro complementario, porque el básico de la obra social no sirve para nada. ¿Y qué pasa con los que no lo tienen? ¿su salud es menos importante que la mía? Y si hablo de atencion gratuita me refiero también a la atención bucal. Quiero que sepa que lo primero que hice cuando pude fue cuidar mi dentadura. Por años tome analgésicos y casi me morí de dolor porque no tenía 15.000 shekel para pagar por un tratamiento; y como yo hay miles en este país.
5. Y sobre el queso cotagge debe haber una relación lógica entre el precio de venta y el valor de lo que se cobra en fábrica. No puede ser que pague 2.000 shekel por gasolina, 1.000 por cuentas varias, 2.000 por supermercado y 4.000 por alquiler si mi sueldo es 7.500. ¿Así usted puede vivir?
6. Los ultraortodoxos deben salir a trabajar por tres motivos: yo no puedo mantenerlos más, ellos viven en una pobreza terrible, y este proceso provoca odio entre nosotros, y eso duele mucho. También deben servir en el ejército o por lo menos hacer un servicio nacional. Y deme una sola opción porque no.
7. Quiero que no construyan más shoppings pero sí más plazas y parques; que las playas de todo el país estén abiertas al public; que las fábricas del Mar Muerto dejen de secarlo y que las empresas qíimicas de Haifa dejen de provocar más cáncer en sus habitantes. En resumen, quiero que cuide de mi país porque no tengo otro.
8. Quiero salir de los asentamientos. 40 años derramé sangre, sudor, dinero y lágrimas allí. ¿Y que obtuve? No quiero juzgar a los 2 millones de palestinos, y no es que no me atemorice después que nos vayamos, pero creo en mí y en mi patria. Luchamos en el pasado y volveremos a hacerlo de ser necesario. Pero luchar sí, conquistar no; hay diferencias.
9. No quiero un departamento en Tel Aviv, ni un chalet en Cesaria; no aspiro a volar en primera clase, ni hacer shopping en el centro del país. Sólo deseo vivir en paz en una aldea con una casita de 3 cuartos, 3 niños, 2 perros y un hombre que sea verdaderamente mi compañero.
Esto es todo, Sr. Netanyahu. ¿Y sabe que? Al hombre de mi vida ya lo encontraré sola; todo lo demás queda a su cuidado.
Saludos y mucha suerte.
Alma Zahar