Nos preocupa mucho la lenta pero constante expansión
Así como los extremistas árabes quieren imponer las leyes del Corán en el mundo, de la misma manera el fanatismo religioso israelí trata de reemplazar las leyes laicas, que rigen la justicia en Israel, por la leyes religiosas de
Lo prueban los rabinos en las "ieshivot" cuando exhortan a sus discípulos a que se resistan a la ley, como hacen los imanes en la mezquitas cuando predisponen a sus fieles contra Israel. Pero la prueba contundente es el discurso pronunciado recientemente por el actual ministro de justicia, y el aplauso que recibió de las autoridades en función que lo escuchaban.
El ministro dijo, entre otros conceptos:
“Paso a paso, otorgaremos a los ciudadanos de Israel las leyes de
En otras palabras, pretende prohibir en días sábados toda actividad que no sea religiosa, paralizando completamente al país una vez por semana; pretende prohibir a gran parte de la población que se alimente con carne porcina y sus derivados, no porque no es aconsejable para la salud; pretende denigrar a la mujer, prohibiéndole viajar en la parte delantera del transporte público; pretende prohibir el casamiento civil; pretende prohibir que se considere judío a todos los judíos que no se pongan los tefilim; pretende imponer la pena de muerte a los homosexuales (Levítico; 18-22: "Si algunos se juntaren con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos); etc., etc.
Esto es lamentable y preocupante. Es un mal que debe ser tratado sin dilación. De la misma manera con que el fanatismo musulmán acosa al mundo, el fanatismo religioso interno está socavando los pilares de la democracia sobre los cuales todavía se sustenta
Israel
Es tan imperioso frenar a Irán en su desarrollo atómico, como poner coto de alguna manera, la extensión de ese serio peligro que, además, debilita a nuestra fuerzas armadas, nos aleja de occidente e impide las conversaciones con el enemigo, cuyo comienzo constituye una fehaciente prueba de nuestros sinceros deseos de paz.
Como
"No llamé a cambiar las leyes
Si es cierto que se expresó mal, que esa no fue su intención, los funcionarios religiosos y gubernamentales que lo aplaudieron no lo hicieron por lo que quiso decir, sino por lo que dijo.
Yo sigo opinando que fue una natural exteriorización de lo que anhela, pues no creo que un abogado de la talla de Iaakov Neeman, no sepa volcar en palabras lo que piensa. Los que así se expresan y los que los festejan, son personas que sueñan con teocratizar al país. De ninguna manera deben formar parte
Para evitar que la teocracia siga obstaculizando la conducción racional
Samuel Auerbach
Natanya