El juicio y veredicto de Moshé Katsav constituye un ejemplo cívico de igualdad ante la ley que va servir como base para que cualquier mujer no tema en acusar a un superior en un país democrático donde la justicia es independiente del Estado. Un verdadero modelo en este mundo plagado de dictaduras y pseudodemocracias.
Una sentencia como ésta honra a Israel. Aunque el Estado no posea una Constitución, se trata de un excelente arquetipo de funcionamiento de sus instuticiones democráticas y de la separación de poderes. Muchas naciones tienen lo que aprender de nosotros en esta materia.
Israel puede considerarse una democracia digna de esa condición y esencia, contrariamente a muchos de nuestros vecinos donde se viola, se acosa y se descrimina a las mujeres mientras todo el mundo hace la vista gorda.
Israel hace muchas cosas con las que no estoy de acuerdo, y creo que en este momento sigue una orientación política equivocada y peligrosa, pero empezaré a tomarme en serio a otros gobiernos que tenemos enfrente cuando sean capaces de mandar a la cárcel desde un tribunal a un alto funcionario por violación o cualquier delito de corrupción.
Y una cosa más. ¡Qué valentía la de las víctimas! Me inclino ante ellas. Enhorabuena a pesar de los horrores que les tocó vivir. De algo les servirá que se hizo justicia y podrán ver a ese sujeto cuando sea encarcelado como el peor de los reos y detestado por la sociedad.
Bravo por la democracia israelí.
Los saludo cordialmente.
Aída Oren
Rishon LeZion