Sr. Director
El presidente palestino, Mahmud Abbás, decidió no renaudar las conversaciones directas con Israel imponiendo cada vez nuevas condiciones para negociar. Una vez son los asentamientos, otra Jerusalén, otra los puestos de seguridad, otra el carácter judío del Estado y así sucesivamente.
Sin embargo, nunca propuso que Israel no negocie un posible acuerdo mientras sus correligionarios de Hamás en Gaza sigan lanzando misiles sobre ciudades y poblaciones del sur del país. Eso para él es aceptable y tolerable.
Los palestinos, que siempre han implorado reunirse con los dirigentes Israelíes, ahora se permiten exigir imposiciones absurdas de toda índole. Parecería que llegar a la paz y tener un Estado propio no les interesa demasiado.
Lo que actualmente sucede es únicamente debido a que se sienten respaldados por el presidente de EE.UU, Barack Obama, que decidió hacerle la vida imposible a Israel. Él, para justificar su Premio Nobel de la Paz e intentar llegar a un arreglo con el islam, se siente en la obligación de actuar así, apoyando totalmente a los palestinos.
Eso no se había visto desde hace varias décadas, ni siquiera durante la presidencia de Bill Clinton. Pero el asunto no podrá durar mucho tiempo más. El pueblo norteamericano no lo va a permitir y Obama no será reelecto.
Netanyahu tiene que olvidarse ahora de quedar bien con él, negarse a sus caprichos e imposiciones e incluso buscar urgentemente otros aliados dentro del Congreso.
¡Sí, los camaleones cambian de color!
Aprovecho la oportunidad para felicitarlo por el nivel de su semanario.
Atte.
Julio Salevich
Ariel