Sres. de Semana
¡Me encantan los judíos!
Egipto los esclavizó y el antiguo Egipto de los faraones ya no existe; ellos sí.
Roma los maltrató y el Imperio Romano desapareció, mientras que ellos continúan.
Los expulsaron de cientos de lugares y, casi sin recursos, crearon comunidades en todo el mundo.
Les prohibían comprar tierras o tener bienes y ellos aprendían idiomas y profesiones libres que eran necesarias en cualquier lugar.
Los zares de Rusia trataron de exterminarlos y hace un siglo que no hay zarismo, mientras que ellos están ahí.
Los nazis y su Solución Final se esfumaron en 1945; los soviéticos los exterminaban y ya no hay Unión Soviética, mientras que ellos crearon su propio estado que hoy es una potencia tecnológica.
El mundo islámico les ataca desde 1948 y mientras la mayoría de los países musulmanes se encuentran estancados, Israel sigue ahí.
A lo mejor es verdad eso de que Dios los eligió y les prometió que les protegería.
En fin; me encantan. Como todos aquéllos que resisten y sobreviven a pesar de todas las barbaridades. Por algo será.
Pero quienes más hacen por los judíos son los antisemitas, que los mantienen siempre unidos. Si algún judío se distrae y se olvida de su condición, siempre hay un antisemita de turno que le hace recordar quien es.
Por algo los antisemitas son los perros pastores del rebaño del Señor.
Afectuosamente.
Ricardo Jáuregui
Valencia