Sr. Director

Dicen que a la rana de un charco no se le puede hablar del océano y pretender que entienda.

Cuando Mahmud Abbás vaya a la Liga Árabe vamos a ver si verdaderamente tiene ganas de paz. Tanto habla de ella pero las cosas se demuestran con hechos.

La paz se firma con enemigos, dice una gran verdad.

Me permito agregar que los palestinos vieron la pasada congelación de diez meses en la construcción en los asentamientos sin hacer nada. Al noveno fueron a EE.UU y a hacer como que la paz les importaba. Pero ahora, lo de siempre, acusan a Israel de su propia ineptitud.

Ahora van a consultar a La Liga Árabe para ver si continúan las conversaciones. La Liga Árabe, esos paladines de la democracia y del libre pensamiento son los que deciden. En su momento recomendaron al Rey Hussein el Setiembre Negro (matanza de palestinos a manos jordanas).

Israel construye; no es novedad; los árabes destruyen, que siempre es más fácil.

Y aparte está la hipocresía y el cinismo de Hamás, que lo único que le preocupa es mantenerse en el sillón de la violencia con el apoyo de los grupos religiosos que controlan las cuevas ilegales en Gaza, y aguantar lo mejor que pueda la presión internacional que ejercen sobre su gobierno por los múltiples crímenes de inocentes, no solo palestinos.

Difícilmente ésto tenga arreglo. Pero no hay más remedio que ser optimista. Milagros ya sucedieron en esta tierra.

Atentamente

Roberto Guitlin
Nes Tziona