Estimados amigos,
Las inmigraciones sin control son siempre un problema para un pais. El nuestro no es excepcion. Sin embargo lo llamativo de la medida mediante la cual el gobierno de Netanyahu decidió expulsar a 400 niños de trabajadores extranjeros responde exclusivamente a un tema racial y religioso, para evitar que la sangre no se mezcle.
La pregunta es porqué permitieron a esos trabajadores quedarse tanto tiempo en el país. ¿Alguien puede imaginarse que un obrero de Rumania o de Colombia que trabaja en Israel durante 8 o 10 años seguidos no tiene intenciones de casarse y tener hijos?
Los trabajadores son víctimas por un lado de los intereses económicos de las empresas o de las clases privilegiadas que no puede prescindir de ellos, y por otro del establishment religioso fundamentalista que los considera herejes.
Por donde se la mire, la resolución del gobierno es aberrante.
Aprovecho la oportunidad para felicitarlos por su semanario; es dinámico, actual y de gran nivel. Sigan así.
Con afecto,
Sofía Haber
Rishon Lezion