Hola,

Sobre la perlita semanal titulada "Dos Estados para dos pueblos", me surge un interrogante.

Antes que nada, tengo que reconocer una cosa: el ortodoxo con el que convivimos en Argentina es fundamentalmente el de Jabad Lubavitch: culto; progresista; haciendo un trabajo social y por difundir judaísmo impresionante; con las puertas de los Batei Jabad abiertas de par en par a toda la comunidad judía. De hecho, me consta que sirven en las filas de Tzáhal y aquí en Buenos Aires, cuando asesinaron a Itzjak Rabin z'l, condenaron el crimen firmemente durante el servicio de Shabat.

Ese ortodoxo seguramente es muy diferente del haredí al que se refirió el intendente de Tel Aviv (Naturei Karta; supongo que también otros grupos de ideología similar).

Hecha esa salvedad, mi pregunta: ¿puede existir una reproducción a ritmo alarmante judía en Israel? Parecería que la reproducción a ritmo alarmante es la árabe (he leído en medios israelíes que la tasa de natalidad árabe duplica a la judía); aunque sea políticamente incorrecto, tabú, etc., lo cierto es que constituyen verdaderas células cancerosas "quintacolumna" palestina (a 62 años de la creación del Estado moderno, leo que no estudian la Shoá).

De alguna manera, realmente los ortodoxos parecerían estar construyendo el país: si la tasa de natalidad judía no iguala o supera a la árabe de manera urgente, a mediano o (a lo sumo) largo plazo, la población árabe superará a la judía (contra las matemáticas no pueden competir las ideológías ni la política: inclusive una aliá masiva sólo retrasaría ese destino nefasto) y al día siguiente una Knesset mayoritariamente árabe proclamaría (bar minán) la "gran palestina".

Por otro lado, debe haber profundas causas dentro de la dirigencia laica (tanto de derecha como de izquierda) para la merma de alumnos en la educación pública (dudo que sea sólo el fenómeno mundial del desencanto con las ideologías y el vuelco masivo a las religiones). "Desde afuera", lo realmente alarmante parece ser que los principales dirigentes laicos no hagan una autocrítica; al fin y al cabo, si los religiosos y árabes progresan en desmedro de los judíos laicos, algo de responsabilidad, culpa o como quieran denominarlo, deben tener sus dirigentes y la comunidad laica.

Parecería que el judío laico debería estar incentivado económicamente para tener más hijos; para emplear mano de obra judía y no árabe, y el árabe para emigrar a Palestina; hasta ahora, haredim y árabes (sin haber cambiado de convicciones ni en acciones) son los que están logrando el éxito.

Insisto: la distancia puede hacer que yo esté profundamente equivocado, pero en ocasiones permite "ver el bosque". Por otro lado, siendo argentino, comprenderán mi desconfianza casi genética hacia los políticos, que tal vez vicie mi forma de ver la situación.

Un abrazo y gracias por los excelentes envíos que leo no bien los recibo todos los jueves.

Shabtai Pesoa
Buenos Aires