Sr. Director

Antes que nada, quiero felicitar al equipo de Israel en línea por esta importante iniciativa y desearle un gran éxito en su trabajo.

Mi comentario es acerca de las victorias de los islamistas en las primeras elecciones celebradas Túnez, Marruecos y Egipto desde el inicio de las revueltas, que generaron una gran sorpresa en muchos países occidentales.

¿Acaso no intentaban convensernos de que se trataba de revoluciones liberales y urbanas, orientadas por nuevas tecnologías, el Facebook, la demanda de derechos humanos y la lucha por la igualdad, el empleo y contra la corrupción?

El resultado final de estos procesos en los países árabes todavía permanece incierto. Pero un dato es inapelable. Los movimientos islamistas locales - como era bien sabido de antemano - son con los grupos mejor organizados tanto en el terreno de la propaganda como en el de la logística, y cuando llegó el momento de las urnas lo demostraron.

Hubo mucha ingenuidad o hipocresía por parte de la diplomacia occidental a la hora de respaldar las revoluciones contra los dictadores, pero también existió una incapacidad de identificar líderes prooccidentales capaces de mover a las masas árabes hacia algo distinto del Corán.

Las elecciones para la nueva Asamblea constitucional en Túnez le dieron el primer puesto al partido islamista, el cual registra en su plataforma la intención de instaurar el sexto califato.

En Egipto, la caída de Mubarak trajo, de modo inevitable, el ascenso de los Hermanos Musulmanes, que aspiran a obtener el 40% del voto en las elecciones parlamentarias que comenzaron esta semana y convertirse en la primera fuerza política del país.

En Libia, la realidad es tan opaca desde la caída y asesinato de Gaddafi que cualquier previsión es aventurada. No obstante, las garantías ofrecidas en un primer momento por los revolucionarios respecto al islamismo son palabras escritas en el hielo. El jefe del Consejo Nacional de Transición afirmó que la nueva Libia tendrá como única fuente de legislación la ley islámica.

En Marruecos, los islamistas fueron llamados por primera vez a encabezar un gobierno en el reino alauí.

Y así sucederá también en Yemen, Siria, Jordania y la Autoridad Palestina.

La primavera árabe se convirtió en un invierno islámico.

Nuevamente los felicito por su nuevo portal y les agradezco su atención.

Atte.

Elías Sklier
Tel Aviv