Sr Director;
La semana pasada estuvo marcada por la escalada de violencia en el sur de Israel y en Gaza. Los últimos acontecimientos permitieron ver la acción de los terroristas que operan en la franja al margen de Hamás o con la aceptación de éste que se dedica a cerrar los ojos cuando le conviene.
Como bien sabemos, la «primavera/invierno árabe» en Siria llevó al liderazgo de Hamás a abandonar Damasco antes de que sea demasiado tarde. Ello condujo a una mejoría en las relaciones entre Hamás y el nuevo régimen de Egipto por un lado, y debilitó las relaciones de Hamás con Irán, por otro.
Para no perder su influencia en la zona, Irán no tuvo más remedio que abrazar a otros grupos terroristas en Gaza, como los Comités de Resistencia Popular y la Yihad Islámica, financiando y apoyando sus atentados. Hamás, que tiene las riendas en Gaza, se enfrenta ahora al reto de controlar la oposición de estas organizaciones.
Los Comités de Resistencia Popular fueron responsables directos del atentado terrorista en la frontera con Egipto en agosto de 2011, en el que ocho israelíes fueron asesinados y otros 40 resultaron heridos, complicando aún más las tensas relaciones entre Egipto e Israel.
Los dilemas que enfrenta el Gobierno israelí en este tipo de situaciones se hacen más complejos. Al tiempo que Israel es responsable de la seguridad de sus ciudadanos, no tienen interés en fomentar una escalada de violencia con Egipto por atentados terroristas palestinos en la frontera del Sinaí.
Sin embargo, los cientos de cohetes, cada vez de mayor alcance, lanzados la semana pasada en el sur de Israel, que afectan la vida cotidiana de un millón de israelíes, incluyendo 200 mil alumnos, no le dejan a Israel muchas opciones.
De hecho, en conflictos asimétricos de este tipo, los elementos determinantes deben se, por un lado, el poder de disuasión de Israel, y por otro, la defensa compuesta por los sistemas antimisiles como «Flecha» y «Cúpula de Hierro», además de la de defensa cotidiana de responder a cualquier bombardeo.
Pero viendo como se desarrollan las acciones, el temor oculto de la gente en el sur, y la presión de la dirigencia, creo que no habrá más remedio que llevar a cabo otra operación militar de gran escala en Gaza. Sólo que esta vez habrá que entrar en los arsenales en túneles, hospitales, mezquitas, escuelas, guarderías, y donde quiera que se encuentren, y terminar de una vez por todas con esa amenaza diaria que no permite planificar ninguna vida normal.
Eitán Lerner
Beer Sheva