Amigos de Israel en línea:

A los europeos los árboles no les dejan ver el bosque. Parece como si todo se hubiese tranquilizado cuando se enteraron que la matanza de Toulouse fue ejecutada por un yihadista y no por un neonazi.

Como si de esa forma todos aquellos que promueven, incitan y propagan el antisemitismo y la destrucción de Israel desde posiciones afines a la extrema derecha quedasen exculpados.

Pero no, no se trata de un terrorista solitario. Detrás de esa matanza hay gobiernos que propagan ideas destructoras y criminales, vínculos con grupos neonazis y grupos de extrema izquierda cuyo objetivo es acabar con Israel.

Lo que ya no resulta tan comprensible y produce verdadera vergüenza son determinadas comparaciones y ciertos enjuiciamientos exquisitos en esa Europa cada vez mas desorientada y desintegrada.

Las declaraciones de Catherine Ashton, jefa de la diplomacia de la Unión Europea, comparando lo que sucedió en Toulouse con lo que pasa en Gaza, no hacen más que echar leña al fuego.

¿Y qué me dicen de las voces que llegan de Europa sentenciando que «los judíos son una raza pestilente, leprosa y públicamente peligrosa que merecen ser arrancados de raíz y destruidos antes incluso de su nacimiento»?

Son los europeos quienes consintieron el resurgimiento del nazismo y de su primo hermano árabe, el yihadismo.

En la Europa «civilizada», un imán puede sostener en cualquier mezquita que si las mujeres no obedecen hay que golpearlas, y nadie lo denuncia y juzga.

Lo de Toulouse llenó el vaso. O podan los arbustos enroscados en los árboles del bosque de las libertades, o un día volverán a prender el fuego arrasador de la intolerancia tal como lo hicieron en la primera mitad del siglo XX.

¡Jag Sameaj para ustedes y para todo el pueblo de Israel!