Sr. Director,
Tres elementos contribuyeron a que Bibi se mantenga en el poder en estos tres últimos años:
1) El crecimiento de la economía, gracias al dinamismo productivo nacional y al buen blindaje financiero y bancario del país, que le permitieron a Israel salir bastante bien de la crisis económica mundial.
2) La falta de situaciones de guerra abierta o de terrorismo incontrolado que alteraban la vida de los ciudadanos, tal como sucedió tanto durante la segunda Intifada de 2000, la Segunda Guerra del Líbano con Hezbolá o la operación «Plomo Fundido» con Hamás. A pesar de las tensiones que esporádicamente sacuden la zona sur del país debido al lanzamiento de misiles desde Gaza y las consecuentes represalias de Israel, se trataba de situaciones de duración limitada.
3) La detención del proceso de paz con los palestinos. En la medida en que dicho asunto se paralizó, no hubieron dentro de la coalición de Bibi rupturas propias de decisiones trascendentes que fueron comunes en gobiernos anteriores.
Pero no todo es oro. Hay realidades que podrían provocar la caída del gobierno antes de cumplir el cuarto año.
1) La inconformidad social que se manifestó el verano pasado está nuevamente dispuesta a conquistar las calles y el apoyo polular para reclamar por el crecimiento de la brecha social y económica debido a las políticas estatales, promotoras de una distribución cada vez más desigual de los ingresos.
2) El debate en torno a la legislación para abordar la falta de incorporación de crecientes sectores ultraortodoxos en el servicio militar, en la productividad laboral y en la responsabilidad fiscal. Dadas estas tensiones, podría ser que la aprobación del presupuesto nacional se convierta en el punto que haga caer al gobierno.
3) A todo ello hay que agregarle las consecuencias de las amenazas que llegan de Irán con su proyecto nuclear, que pueden alterar los planes de Bibi de ser reelecto.
4) Además, hay que ver quien ganará las elecciones en EE.UU. La reelección de Obama llevaría mayores presiones a Bibi para limitar las posturas de ultraderecha de su ejecutivo.
Jag Sameaj Vekasher.
Kiryat Ono