Sr. Director,
Se agotan los adjetivos para calificar lo que está ocurriendo en Siria, un país atrapado entre la dictadura hereditaria de los Assad y una oposición impresentable que no ha logrado estar a la altura de su papel en la historia de su nación.
Aun admitiendo que en la matanza de Hula pudieran haber actuado fuerzas entrecruzadas, como afirma Rusia, el régimen sirio y el que todavía se hace llamar presidente, Bashar al Assad, son los únicos responsables del derramamiento de sangre, porque con su falta de visión han llevado al país a un callejón sin salida.
A falta de consenso y condiciones para otras alternativas, la aplicación implacable de sanciones adicionales debe ser la respuesta inmediata de la comunidad internacional.
Las reticencias de muchos países ante la posibilidad de que los efectos de este castigo se sumen al sufrimiento que tienen que soportar a diario los sirios deberían desaparecer ante la evidencia de que hay que poner fin a la violencia cuanto antes, puesto que nada puede ser peor que ver morir a tantos niños y civiles indefensos.
Assad debe entender que su tiempo se ha agotado y que su régimen no sobrevivirá.
Por desgracia, la oposición no hace todo lo que debiera para ayudar a la salvación del pueblo.
Atte.
Dov Berkowitz
Carmiel