Sr. Director
Aquí estamos en Rosh Hashaná 2012-2013, y los palestinos son aún la única nacionalidad que se identifica y se define en función de su estatus de refugiados.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, han habido aproximadamente 140 millones de refugiados en todo el mundo. Todos han sido asimilados a excepción de los palestinos. O sea, mientras exista el problema del refugiado palestino, el conflicto palestino-israelí continuará.
Para los palestinos, un Estado judío es percibido como la raíz de todos los males, porque supuestamente esto cristaliza cómo una pequeña comunidad judía se apoderó sus tierras.
Ese es el mantra recurrente árabe; un foco de atención en discriminaciones y desigualdades. En general, los académicos árabes ignoran la enorme cantidad de materiales que se encuentran en los archivos de la guerra y se centran exclusivamente en lo que son reclamaciones legítimas o ilegítimas, utilizando resoluciones de la ONU como principio y final de todo.
En la práctica, lo que por supuesto es pasado por alto intencionadamente es el deseo de vivir en paz. Además, lo que no se menciona nunca es el dato de que un derecho al retorno instaría a 4 millones de árabes palestinos - los refugiados de la guerra de 1948 y sus descendientes - a inmigrar a Israel, convirtiendo en minoría la mayoría judía del país y poniendo fin a la autodeterminación de un Estado hebreo soberano. En otras palabras, su ejercicio solamente tiene un único resultado: el final de Israel.
Hablar de asuntos de «derechos» permite a ciertos legisladores y a los académicos evitar decir abiertamente lo que es demasiado peliagudo decir.
En conjunto, el debate del derecho al retorno se basa en una lectura altamente específica de la historia - la que asume una responsabilidad israelí por crear el problema de los refugiados a través de lo que ellos llaman «limpieza étnica».
La compensación a realizar por la parte supuestamente culpable implica el retorno de los refugiados y sus descendientes.
En suma, 64 años después de establecerse el Estado de Israel, en lugar de buscar caminos para la paz, los palestinos buscan caminos de destrucción.
Distorsionar la historia para descubrir presuntos derechos logra crear una demonización injustificada contra Israel y sigue conduciendo a cada palestino bienintencionado por un camino de falsas esperanzas levantadas sobre falsos cimientos.
Gmar Jatimá Tová
Manuel Ifraj
Holón