Sr. Director
Lo que sucede en Egipto es parte del acercamiento al manejo del poder de los Hermanos Musulmanes que Mubarak supo tener a raya porque sabía bien quiénes eran.
Hasta que no lleguen a ser gobierno no pararán. Así lo hizo Hezbolá en Líbano, asesinando en un bestial atentado al ex primer ministro de Rafic Hariri, o el golpe de estado de Hamás en Gaza liquidando a sangre fría a los miembros de Al Fatah.
Valdría la pena que la dirigencia israelí se despierte. Lo ocurrido en la Embajada de Israel en Egipto va más allá de una espontánea manifestación violenta, si no ¿por qué intentaron atacar también el Ministerio de Interior, la Dirección de Seguridad de la provincia de Giza y la Embajada de Arabia Saudita?
Estos sucesos están orquestados por manos oscuras. A mí me suena a Irán; más aún tras el múltiple ataque en el sur de Israel con cinco atentados simultáneos cometidos por terroristas palestinos vestidos con uniformes del ejército egipcio.
¿Alguien pudo alguna vez domar un potro hablándole al oído? Las sociedades islámicas son muy primitivas; no tienen nada que ver con el mundo occidental y lo único que entienden es la ley del más fuerte. Les falta mucho para evolucionar, y quien sueña con la democratización de paises donde se derrocaron dictaduras como en Egipto o Libia, debe entender que luego de semejantes regímenes no hay posibilidades inmediatas de instaurar un sistema democrático tal como conocemos nosotros.
La democracia, en dichos casos, será la puja por quién se hará con el poder en elecciones a su estilo, así como sucedió en Gaza, entre Al Fatah y Hamás, o en Líbano con Hezbolá y los partidos más moderados.
Se trata de la ley del más fuerte; y en esos lugares es "o gano o gano", y si no gano: a los misiles se ha dicho.
Ese es el lenguaje político de los países árabes que aparentemente se asoman a ese tipo de democracia.
De los islámicos más radicales mejor ni hablemos.
Saludos cordiales.
Víctor Danieli
Kiryat Bialik