Sr. Director

El reciente ataque terrorista en el sur de Israel no fue casual. El liderazgo de Hamás en Gaza es incuestionablemente responsable y por lo menos lo autorizó. Fue altamente sofisticado; una operación militar bien preparada, con unos 20 terroristas muy bien entrenados, utilizando armas modernas.

Animados por la caída de Mubarak y equipados con armamentos que llegan a través de las fronteras con Egipto, los jihadistas están poniendo a prueba nuestra determinación. Hamás también consiguió intensificar la hostilidad entre Israel y el nuevo régimen egípcio.

En las próximas semanas Netanyahu enfrentará algunas decisiones difíciles.A pesar de que su respuesta inicial a los ataques no puede ser mal criticada, su declaración de que el terrorismo siempre recibirá respuestas contundentes durante su mandato deberá ahora ponerse a prueba.

La voluntad de Israel de reaccionar firmemente a esta provocación mostrará si mantenemos nuestra habilidad para disuadir a Hamás de promover nuevos ataques.

La Península de Sinaí está rápidamente siendo transformada en un nido de vívoras para los islamistas radicales, incluyendo facciones inspiradas en Al Qaeda. La frontera con Egipto, que era relativamente estable, es ahora muy peligrosa y constituye una nueva entrada para terroristas que deambulan libremente entre Gaza y el desierto.

La proporción de la desastrosa decisión del gobierno de Sharón de entregar el control del Corredor Filadelfia puede ser ahora plenamente entendida.

Tzáhal está, en consecuencia, invirtiendo significativos recursos adicionales para aumentar su presencia y construir un obstáculo de seguridad de 200 km.

Si ejercemos nuestro legítimo derecho de disuasión, nos enfrentaremos sin duda alguna a más presiones globales y luego recibiremos las hipócritas condolencias de rigor. Ya nos están exigiendo contención, pero cuando el Líbano, controlado por Hezbollah, impidió una condena a los recientes ataques terroristas, el Consejo de Seguridad ni siquiera manifestó una señal de indignación.

Para colmo, es muy probable que la situación evolucione hacia una nueva confrontación directa con Obama. La enorme presión ejercida por los norteamericanos para obligarnos a pedir disculpas humillantes a Turquía relacionadas con la flotilla, nos muestran hasta que punto el actual gobierno de EE.UU está dispuesto a despreciar a sus aliados más cercanos para apaciguar a los islamistas.

Es probable que en breve tengamos que enfrentar amenazas para asegurar el veto de EE.UU al reconocimiento unilateral del Estado palestino en la ONU, a menos que mostremos contención; una orden para que renunciemos a una disuasión verdadera.

Atte.

Carlos Holtzman
Haifa