Sr. Director
Israel es una superpotencia en lo que respecta a la sustentación. Su lema es: «Crear cada vez más com cada vez menos»: agua, energía, etc.
En lugar dello, el lema de sus enemigos es: «Destruir cada vez más con cada vez más»: petrodólares, armas, chantaje, terror, etc.
El filósofo francés Bernard-Henrí Levy definió muy bien esa situación: «El antisionismo es la última mutación del vírus antisemita».
Muchos pseudo-humanistas están totalmente infectados por ese virus.
Nunca dijeron una palabra sobre los cohetes que Hamás dispara diariamente sobre la población civil israelí. Nada sobre la masacre del pueblo sírio - 40 mil muertos, medio millón de refugiados. Nada sobre el genocídio de los sudaneses cristianos de Darfur por parte del régimen musulmán. Nada sobre los hombres bomba que se explotan día a día en Irak. Tanto chiítas como sunitas son autores y víctimas de esos atentados. Nada sobre los bombardeos a los kurdos llevados a cabo por los turcos. Nada sobre la destrucción de iglesias coptas cristianas y del asesinato de sus fieles en Egipto.
Y nada de decenas o centenas de etcéteras.
Pero cuando Israel se defiende, esas almas puras y caritativas hacen temblar los cielos.
O sea que un israelí (judío) bueno es un israelí (judío) muerto.
Como víctima, por lo menos, el judío o el israelí puede beneficiarse de cierta aceptación por parte de esas almas tiernas.
Lo saludo atentamente y lo felicito por su portal por el cual navego a diario
Noemí Kaplan
Arad