Sr. Director

El ministro de Educación de Israel, Gideón Saar (Likud) defendió recientemente el reconocimiento del colegio académico de Ariel como universidad: «Nuesta relación con Ariel no es menor que la de Inglaterra con las Islas Malvinas», afirmó.

Eso sin hablar de las decenas de colonias británicas que a lo largo de tres siglos fueron despojadas de sus materias primas, saqueadas y transformadas en un mercado monopolizado para productos ingleses.

Sin hablar de la ocupación de Irlanda del sur, de Escocia o de Gales.

La hipocresía de la famosamente llamada «Pérfida Albión» no tiene límites.

Talvez acabe cuando el petróleo sea substituido por alternativas de energia más limpias y se acaben los petrodólares.

Es a esa banda de hipócritas que las ONGs «humanistas» de Israel pretenden agradar juntándose al coro de los que critican a la Universidad de Ariel.

Pero en lo que respecta a la incitación permanente promovida por las dictaduras palestinas en sus sistemas educativos, en sus mezquitas o en sus medios, ni una sola observación.

Ahora resulta que la paz con los palestinos peligra cuando una institución superior israelí es reconocida por su capacidad de ser transformada en universidad, que además es frecuentada por todos: judíos, cristianos y musulmanes.

Pero en relación a la famosa frase de Abu Mazen: «Ningún judío será aceptado en el futuro Estado palestino», expresión clarísima del peor racismo, ni siquiera Bibi aprovecha para hacer un comentario.

Feliz 2013.

Saludos.

Baruj Man
Tel Aviv