Sr. Director

Voté por Lapid y estoy en la gloria.

Las elecciones terminaron con un sorprendente punto muerto entre el bloque de Netanyahu y los partidos de centro-izquierda, lo cual fuerza a Bibi a formar una coalición con ambos sectores pese a sus opiniones contrastantes sobre el proceso de paz en Oriente Medio y otros asuntos controversiales.

Varios comentaristas consideraron que Netanyahu sería designado para formar el gobierno debido a que el sector opositor obtuvo 12 de sus 60 escaños de partidos árabes a los que tradicionalmente no se pide incorporarse a las coaliciones.

Yesh Atid puso en entredicho a los sondeos divulgados antes de las elecciones y asestó un sorpresivo revés a Bibi.

Lapid dijo que solamente se integraría a un gobierno comprometido con un drástico cambio en la economía y con un impulso serio a las gestiones para reanudar las negociaciones de paz con los palestinos.

El objetivo de Bibi de lograr una coalición amplia no será fácil, y lo forzará a adoptar algunas decisiones complicadas. Lapid afirmó que no será una hoja de parra para una agenda radical sobre el proceso de paz.

El ex jefe del Shin Bet, Yaakov Peri, ahora miembro de Yesh Atid advirtió que su partido no se sumará a menos que el gobierno se comprometa a comenzar el reclutamiento de los ultraortodoxos en las fuerzas armadas, reduzca el elevado costo de vida y retome las conversaciones de paz.

A Bibi se le complicó el negocio.

Saludos.

Raquel Sarfati
Shoam