Vi la ópera Edipo del rumano Enescu realizada por el colectivo «La fura dels Baus». En ésta, las tragedias de Sófocles, Edipo rey y Edipo en Colono, se aúnan en una puesta de dos horas y cuarenta minutos. La excelente puesta me hizo pensar, sin que se me cayera nuevamente ninguna idea descollante; tan sólo algunas observaciones.

Como todo mito, ilustra algo que ya está ahí, en su propia estructura, como servido en bandeja. Sólo falta que alguien lo tome y le ponga nombre y apellido. Para el caso fue Sigmund Freud y lo llamó Complejo de Edipo. Éste trata de un desmedido amor al padre del sexo opuesto y las salidas de este atolladero, que nunca son sin consecuencias. No se trata de soplar y hacer botellas. Decir mito de Edipo es nombrar bajo la forma de ausencia, parricidio y tabú del incesto.

Brevemente y siguiendo el tradicional relato ya que hay muchas versiones, la tragedia de Edipo narra lo que sigue. El oráculo de Delfos anuncia al rey de Tebas, Creonte, aquello que Apolo predijo. «El rey debía morir sin descendencia y no hacer de Yocasta una mujer fecunda» y que si tuviera un hijo, éste lo mataría y se casaría con Yocasta, su esposa «para continuar con la raza asesina». Haciendo caso omiso al Destino, ambos engendran un niño al que, a regañadientes, el rey manda matar para evitar este desgraciado hecho. Un pastor que por ahí pasaba se apiada del niñito y se lo lleva a los reyes de Corinto - Pólibo y Mérode - que no tenían descendencia.

La maldición  

Siendo ya un muchachito en edad de merecer cierta clase de entretenimiento adulto, le llegan rumores de que pesaba sobre él una maldición que decía que mataría a su padre y se casaría con su madre. Él sigue pensando que es hijo de Pólibo. Se aleja de Corinto ya que no quiere que ésta se cumpla. Va a cambiar su destino. En una encrucijada del camino mata en una pelea a Layo, sin saber que es su auténtico progenitor. Al elegir la senda hacia Tebas se topa con la Esfinge - pájaro - de mal agüero, mezcla de cuerpo de león alado y cara de mujer, otra que el pulpo Paul, quien lo somete a un acertijo. En esta oportunidad y porque el pueblo de Tebas se encuentra pasando por una de sus peores hambrunas, quien acierte se casará con la reina. Esfinge: ¿Cuál es el animal que de chico camina en cuatro patas, de adulto en dos y en la vejez en tres patas? Edipo: El hombre. El hombre es al animal que al principio de sus días, gatea, luego anda erguido en sus dos piernas y ya anciano se apoya en un bastón.

- Perfecto - responde la Esfinge -, puedes casarte con Yocasta. Luego se verá si mis lágrimas son de victoria o fracaso -. Edipo se casa con Yocasta que podía perfectamente ser su madre, de hecho lo era y hasta tienen hijos.

En un momento de la tragedia, Edipo rememora y advierte que ese hombre que mató en el camino puede ser Layo, su padre biológico. Total que el drama se precipita y aquellos que nada sabían, comienzan a sospechar hasta que ven todo claramente. La reina se suicida y Edipo se arranca los ojos para no mirar el drama que se cierne sobre él y los suyos. Es condenado al destierro, que era el peor castigo del que podía ser merecedor... aunque permiten que su hija Antígona lo acompañe en su marcha hasta la muerte.

Observaciones   

En las tragedias griegas siempre hay una mala lectura de la realidad de la voz de los dioses que ya han anticipado precisas y futuras catástrofes. De lo que se trata es de no saber interpretar, de no saber decidir - bien - de qué va la cosa. Es por eso que se producen las debacles. En ese sentido, la catástrofe de Edipo es perfecta.

En la ópera de Enescu el clásico enigma de la Esfinge se modifica ya que ésta pregunta: ¿Quién es más grande que el destino? Edipo responde lo mismo que en la anterior. «El Hombre. El hombre es más fuerte que el destino». Es una versión freudiana, al darle al sujeto la posibilidad de cambiar ese destino inexorable al que estaban remitidos los griegos. Sin embargo.se puede diría Freud. Y en todo caso si no gusta esta versión «psi» uno podría preguntarse ¿qué hago con este destino de m... que me ha tocado en mala suerte? Buscar la manera de hacer lo mejor posible con la mochila que nos fue entregada sin saber nosotros qué contenía.

La otra observación tiene que ver con la edad de los protagonistas principales de la obra. La reina, un par de buenos años, duerme con un jovenzuelo. Y le gusta, a juzgar por los tres hijos que tuvieron. Él se casa con ella por su investidura, por lo que ella representa, no sabemos si por su linda cara y mejor piel. Para la moral griega era lo que correspondía «si ganás te llevás a la reina». Que hay una relación edípica inconsciente por parte de ambos está claro, además de incestuosa, se entiende. Las revistas del corazón están llenas de ejemplos de esto, desde que los cuarenta años de antes son los treinta de ahora, especialmente para una mujer cuidada. Esto demuestra que se puede vivir con una pareja despareja respecto de la edad. Sólo depende del ruido que le haga a cada uno en la cabeza. A Sharon Stone, Madonna y muchas otras parece no hacerle ninguno. Saben que tiene fecha de vencimiento. casi como toda relación con un partenaire parejo.

Fuente: Diario El Día de La Plata; Revista Domingo; 17.6.12

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