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La manzana paga

Siempre me llamó la atención la gente que hace muchas actividades - pinta, escribe, canta - y las hace bien. Esa gente no es muy normal; está concentrada en demasiadas cosas que el común de los normales no podemos hacer.

Yo no puedo. El día que decido ordenar placares no puedo leer, que es una de mis actividades favoritas. El placar me consume la energía positiva y me deja la otra. Con lo cual es mejor no acercarse a un texto, aunque sea, mirá lo que te digo - uno de Philip Roth, que es hoy el autor que más me sabe interpretar. O yo a él. No importa. Esa falta de algo que podría llamar optimismo, ese malestar y reproche solapado, pero reproche al fin, es algo que puedo descifrar bastante bien. Se me da.

Entre los muchos temas que debo escribir y postergo, se encuentra el de la Oda a la Bandeja, que sigo sin poder comenzar, y la Oda a la Administración del Tiempo. Todavía no sé si serán odas o pastorales.

En la película sobre la vida de Steve Jobs interpretada por un mucho más guapetón Ashton Kutcher que el propio Jobs, observamos varias cosas. En principio que es larga. Más allá de sus 120 minutos, vemos un hombre encaminado hacia una idea que aún no terminó de fermentar. El hombre se encuentra tomado por un deseo y un empuje hacia la firme concreción de lo pensado. Y hacia ahí va.

Bueno, ¿qué íbamos a esperar de un tipo cuyo apellido es Jobs y que es además norteamericanísimo con Philip Roth? Jobs significa en inglés, empleos, trabajos, tareas, responsabilidades y no una sino muchas, porque es plural. En la cápsula del tiempo, esa que se pide a gente importante que seleccione algo que lo identifique y se conocerá en un futuro, Jobs entre otros objetos eligió en 1983 un mouse, ícono de su mentalidad tecnológica, pero no de la marca Apple - manzana - que es lo que se nos hubiese ocurrido al común de los normales, no mortales. Él tampoco fue inmortal.

Apple, la empresa ultra - mega - híper globalizada se convirtió en 2013 en la marca más influyente del mundo por su valor de mercado. Incluso llegó a superar a otro tanque como Coca-Cola.

Desde el inicio de los tiempos la manzana paga. A la larga da dividendos, rinde sus frutos. Desde Adán y Eva - a que te la comés, no, no me la como, total que la mordió y no sabemos si se la comió - pasando por la manzana de Newton, la Gran Manzana y el sello discográfico de Los Beatles, la manzana siempre estuvo presente entre los humanos.

Muy a propósito ¿cuánto piensan que reinaron Los Beatles como grupo? Muy poco comparándolo con la impronta que dejaron en la cultura. Desde 1962 hasta 1968, momento en que comienza a notarse una grieta insalvable como sólo las grietas lo son entre los integrantes de una formación sin precedentes en la historia. Seguramente muchos registrarán otras fechas; hay quienes dicen que 1969 fue el año de la separación y existen diferencias acerca de cuál se constata como fecha de inicio del grupo. Lo cierto es que la «beatlemanía», el furor y frenesí loco por ellos por extraño que parezca, no duró más que dos poderosísimos años, de los seis que estuvieron juntos.

En la película Jobs arenga a su equipo con pocas palabras pero contundentes tales como. - «Creen algo que les importe». Yo le contestaría al dios cool que se venera en todos los Apple store que he visitado: Ni que fuera tan fácil. Eso es precisamente lo difícil en la vida. Encontrar aquello que encauza a una persona a emprender una acción. Mirá que fácil que me la hacés, Steve - Todopoderoso - Jobs. ¡Atajate esta manzanita!

Hay un paso previo y es el de la firme decisión respecto de cualquier cosa. Primero se decide y luego se emprende. Uno puede decidir hacer nada. Y bueno…

Yo, modestamente, he decidido una vez que termine de ordenar mis placares, que ya es hora de leer el primer tomo de En busca del tiempo perdido, que es el que se llama Por los caminos de Swan. Respecto de las Odas o Pastorales antes nombradas no creo, a pesar de amenazar y amenazarme con escribirlas, ni siquiera comenzar a pensar algo. ¿Y saben por qué?

Porque no he tomado la decisión de hacerlo. Y eso porque noto que no me interesan tanto. Por ahora. Ya llegará el tiempo. Luego de encaminarme hacia Proust, aunque no me guste tanto como Philip Roth.

Fuente: Diario El Día de La Plata; Revista Domingo; 10.11.13

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